Cada final de mes siempre nos planteamos la
misma pregunta ¿Cómo puedo estirar el dinero disponible para no sufrir tanto
cuando el mes va finalizando? Pues bien, esa pregunta que todos los españoles
nos hacemos tiene varias respuestas. Algunas de ellas están fundamentadas en
formulas de consumo, otras en estrategias de ahorro y las más esperanzadoras
pasan por encontrar otro trabajo mejor remunerado. De esta última no haremos
mucha mención porque tal y como está el panorama los que tienen trabajo
disfrutan del apellido agradecido, no obstante a ellos también le aprietan al
máximo para sacar el mayor trabajo posible con continuas disminuciones de
salario. Sin embargo, si vamos a hacer mención y hablaremos durante este momento
sobre las otras dos opciones: consumo y ahorro.
Sobre la primera, el consumo, son muchas las
distintas pautas que se establecen en función del salario que entra en casa.
Por un lado nos planteamos el establecer una lista de la compra en función de
los precios más baratos que en los distintos supermercados hay, podemos incluso
visitar tres establecimientos distintos para ahorrarnos unos euros. Otra pauta
de consumo está en la disminución del ocio. Una actividad mermada, que resulta
de la famosa frase “la pescadilla que se muerde la cola”, se basa en que si no
consumimos ocio no generamos riqueza para las empresas que se dedican a eso y
por lo tanto sus beneficios disminuyen llevando consigo el despido de
trabajadores. La demanda cae y el empleo también por lo que reducir en demasía el
consumo del ocio no es una opción que se baraje para salir de la crisis, aunque
también es cierto que el poder adquisitivo de las personas disminuye cada vez
más por culpa de la subida de impuestos. Como es lógico, existen otros valores más
importantes que el disfrute del ocio y por lo tanto es entendible que la
actividad comercial baje en esta época aunque, vuelvo a repetir, no es recomendable
que se elimine en demasía la disminución de la actividad comercial. Otra forma
de consumir es mediante el asociacimiento con distintas personas para el
disfrute de un mismo servicio, por ejemplo: compartir los gastos del coche con otros
compañeros para ir al trabajo o compartir taxi para los distintos
desplazamientos, es decir, en general la
combinación de consumir y compartir puede resultar una buena estrategia para el
ahorro. Un consumo colaborativo es lo idóneo.
En relación al ahorro, y teniendo en cuenta
que la hipoteca o el alquiler del piso se llevan un porcentaje alto de nuestro
de salario, existen otros tres gastos básicos para cualquier familia, ellos son
la electricidad, gas y agua. Sobre la primera, es aconsejable acogerse a la
tarifa de último recurso (TUR) ya que
ofrece unos precios más normales. El gas siempre es mejor tenerlo contratado
con otra compañía porque si lo contratamos con la misma que la compañía eléctrica
solo obtenemos el beneficio de que todo viene en la misma factura. Y en
relación a la última, el agua, es mejor acudir a los remedios caseros tales
como: mejor una ducha que un baño, un lavaplatos lleno para aprovechar al
máximo o reciclaje del agua de la ducha para limpiar suelo o utilizarlo como
cisterna. Otra estrategia marcada sobre el ahorro y que muchas familias han
adoptado es la reducción de las tarifas de móviles si tienen contratado
internet en casa, ¿para qué sirve tantos megas contratados en el móvil y
también en casa? Pues buscar la mejor tarifa para adaptar gastos es lo mejor. Un
ahorro permanente se establece también con diferentes productos bancarios, ¡ojo!
abstenerse todo aquello que vaya aparejado con la palabra preferente, existen
otro tipo de productos bancarios que ofrecen un interés adecuado por el depósito
de cierto importe.
Con este análisis, recogido de las distintas
opiniones de las familias, espero que se hayan establecido nuevas medidas que
adoptar para la buena administración salarial de las familias. Todo pasa porque
los que están al mando de todo, aquellos que elaboran políticas macroeconómicas
para salvar el déficit y que dicen que tendrá su efecto en las familias en el
largo plazo (algo que es discutible para los economistas), elaboren políticas de
choque basadas en la inversión en I+D+I, bajada de impuestos que afectan al
consumo y a las familias y
establecimientos de otros que afecten a los que realmente tienen y juegan a su
antojo con los límites de la legalidad. Ni que decir tiene que además de esto
deberían de recortarse ciertos privilegios que tienen los partidos políticos.
Con todo esto espero dejar de ver pancartas con el lema: me sobra mes para este
sueldo.
Cuack!
Fuente: EL PAIS