LA NOTICIA DEL LECTOR
Antes de irnos de vacaciones
tenemos la suerte de contar con una noticia que una de nuestras lectoras ha
querido que comentemos. Esta pondrá el broche final a esta temporada antes de
incorporarnos en el mes de septiembre con más noticias buenas que narrar. Hoy
hablaremos de la música y el poder que esta tiene. Ya sabemos los beneficios
que tiene en nuestra salud pero la historia de hoy no os dejará indiferente
porque podréis comprobar cómo la armonía y la melodía de las notas hacen que un
niño autista sea capaz de abrir su boca para cantar.
El fenómeno se llama Kyle
Coleman, un joven británico de 25 años y que jamás había hablado hasta que se
puso delante de un micrófono. Nació en Gwithian, Cornualles, y le fue diagnosticado
autismo con tan solo tres años. Desde entonces solo ha sido capaz de decir
pocas palabras pero la sorpresa se produjo en 2009 cuando su madre Caroline le
llevó a una sesión de terapia musical. Carine Kelley, su terapeuta musical, ha
llevado el control de la evolución de Kyle después de ese día y ha descubierto
que la música ha sido capaz de despertar la expresividad de sus emociones de
forma instintiva. La madre de Kyle quiso seguir con la evolución de su hijo y
le llevo a Plymouth para ver como se desenvolvía Kyle delante de un micrófono.
La sorpresa llego cuando este joven británico fue capaz de cantar su canción
preferida, Monday Monday de The Mamas
and the Papas, sin presión alguna. Ante el asombro de todos allí, dueño del
estudio incluido, le expusieron a la familia de Kyle la posibilidad de que esté
grabase un disco. Pasado 18 meses Kyle grabó un disco con nueve canciones donde
incluye una escrita especialmente para él y para la condición que arrastra
desde los 3 años, el autismo.
Es evidente que la música hace
bien a aquellas que personas que la escuchan pero también a aquellos que la
utilizan como una forma de expresión y forma de vida. El descubrimiento
ocurrido con Kyle es una gran noticia que nuestra lectora Irene ha querido
compartir. En ocasiones hay que dejar que las notas musicales marquen el ritmo
de nuestra vida.
Cuack!