miércoles, 25 de noviembre de 2015

El valor de una respuesta

Cuando vamos a un supermercado, unos grandes almacenes o un centro comercial y queremos localizar un producto para comprarlo solemos dirigirnos a un empleado de los que allí se encuentran, preguntamos por el producto en cuestión, su ubicación y, lo más lógico, es obtener una respuesta. Puede parecer que ese es el camino fácil pero yo prefiero llamarlo eficacia.  El simple hecho de responderte te ahorra la pérdida de tu tiempo y la desorientación en ese lugar. Te limita tu tiempo para no aprovecharlo en otros asuntos. Imaginaros ahora que  llegamos a un restaurante. Preguntamos al camarero si tiene alguna mesa disponible y no obtenemos respuesta. Podemos optar por dos opciones: marcharnos o quedarnos y esperar que en algún momento nos den una respuesta. Sea la que sea. Mientras tanto, en ese tiempo de espera, no hacemos nada. No somos productivos. Estos son solos simples ejemplos pero exactamente igual ocurre con las ofertas de empleo.

¿Será mañana? ¿La próxima semana? ¿Cuándo? Esas son las preguntas que cada día se hacen las personas que se inscriben a las ofertas de empleo que publican las empresas en los distintos portales dedicado a ello, en las redes sociales o en sus propias webs. La ausencia de respuestas desencadena el desánimo generalizado de todas las personas que buscan un empleo. Ya sean desempleados de larga duración, de corta o trabajadores que buscan un cambio de empleo. Todos necesitan obtener una respuesta a la solicitud enviada. Tiene más valor obtener un no al día siguiente o a los tres próximos que esperar semanas y meses para saber si seguiré adelante o estaré descartado. Esto no es una crítica hacia las personas que trabajan en el departamento de recursos humanos de una empresa, ni siquiera  dudo de su eficacia pero ¿alguien se pone en el lugar de la persona que se registra durante dos horas para al final no obtener ninguna respuesta? ¿Alguien valora el tiempo de incluir un perfil para luego no saber si la solicitud llega o no? ¿Alguien empatiza con la persona activa, formada y experimentada que solicita un empleo? La motivación no se pierde cuando no consigues un empleo, la motivación se esfuma cuando no consigues una respuesta, positiva o negativa, a la solicitud enviada. Diversos casos contrastados demuestran que la gran mayoría de las empresas extranjeras responden, al menos, indicando que tu solicitud ha sido estudiada. Otro gran porcentaje de empresas de otros países dan una respuesta  a la solicitud enviada antes del tercer día pero en España no. En nuestro país tu curriculum, carta de presentación o solicitud de empleo tienen fecha de caducidad. El día que las empresas comiencen a dar una respuesta a las solicitudes enviadas será cuando realmente el mercado laboral cambie. Entre tanto, seguiremos igual. Desmotivando al que busca un trabajo.

Las personas buscamos contestaciones a las preguntas formuladas. Somos seres inquietos que necesitan respuestas para seguir adelante. Por otro lado, nos encontramos con las exigencias en cuanto a formación y experiencia que algunas ofertas solicitan para sueldos irrisorios, pero ese es otro tema. Ahora, los jóvenes que buscan trabajo, los adultos experimentados que llevan años sin empleo y las personas que investigan nuevas experiencias y cambios profesionales necesitan saber si la solicitud enviada y el tiempo empleado para registrarte en una oferta da su fruto. La paciencia es una virtud y hacer las cosas bien es muy fácil así que ¿Por qué no dar una respuesta? Empresarios españoles, muestren interés por el principal valor de una empresa: el capital humano.


Cuack!