El día del “sí quiero”. Un día especial,
mágico y trascendental que cualquier persona puede disfrutar a lo largo de su
vida. Un día en el que todo se mueve alrededor de dos personas que, acompañados
por familiares y amigos, tratan de disfrutar un día único. Para algunos es un
día en el que las manecillas del reloj pasan muy rápido. Sin embargo para otros
es un día en el que pueden ver divertirse a los más cercanos junto a ellos. Es
un día en el que se invierte tiempo, dedicación y esfuerzos. Muchos esfuerzos. Y
es un día para jamás olvidar aunque, además de los novios, hay ciertas
costumbres de este día que tiene una importancia peculiar. Y eso es el tema que
vamos a tratar. Las diferentes peculiaridades que rodean a este día y su
particular origen.
Por un lado tenemos la figura de uno de los
actores secundarios de la boda; el padrino. ¿Sabéis cuál es el origen del
padrino de boda? En la actualidad esta figurada es ocupada, en la gran mayoría
de casos, por el padre de la novia y en casos muy particulares por cualquier
otro familiar muy cercano a la novia. También es cierto que depende del país y
su cultura pero por lo general es de la forma antes descrita. Viajando muchos
siglos atrás encontramos que la figura del “padrino” tenía la función de
acompañar al novio a raptar una joven con la que se quería casar y evitar que
fueran apresados por la familia de la joven. Otra antigua cita en la que se
hace mención a esta figura es en la leyenda romana sobre “el rapto de las
Sabinas”. Sabinas era una población donde acudían los fundadores de la Antigua
Roma para poblar de mujeres la capital del Imperio. Para conseguir raptar a
esas mujeres los romanos iban acompañados por un hermano o amigo que les
ayudaba, evitando así el ser apresado, a secuestrar a la mujer. La costumbre
fue cambiando, menos mal, con la expansión del catolicismo y la figura del
acompañante se convirtió en testigo.
Otro momento importante en una boda es cuando
los novios reciben la lluvia de arroz. Pero ¿Por qué tiramos arroz y no otro tipo
de alimentos? La búsqueda de la respuesta nos lleva a Oriente donde el grano de
arroz es símbolo de prosperidad y fertilidad. Con esta lluvia se les desea a
los novios un futuro lleno de hijos y prosperidad. Como curiosidad es bueno que
sepáis que en el Imperio Romano a los novios se les tiraban nueces. En cambio, En
Indonesia, el alma del novio sufre una lluvia de arroz para que jamás se
marche. Dependiendo de los novios y de la cultura del lugar donde celebran su
enlace también podemos encontrar las denominadas “Listas de Boda” pero ¿Quién la
inventó? Su creadora fue Bárbara Hutton que en los años 30 fue considerada la
mujer más rica del mundo. El motivo de crear esta útil herramienta de regalos
fue a consecuencia de recibir, en una de sus sietes bodas, 11 cafeteras
idénticas. Tras ello pensó que la mejor forma de no coincidir en los regalos
era creando una lista de regalos.
¿Queréis saber cuándo y quien fue la primera
novia en vestir de blanco? Fue el 10 de febrero de 1840 cuando la Reina
Victoria I del Reino Unido contrajo matrimonio con Alberto de Sajonia Coburgo-Gotha.
Hasta entonces las mujeres se vestían de novias con cualquier color con el fin
de poder reutilizar el vestido pero fue capricho de la Reina en vestir de
blanco y a partir de ahí todas le siguieron. En el siglo XX, los más conservadores, vincularon
el color blanco a la pureza, inocencia y virginidad.
Otro momento importante de cualquier enlace
matrimonial es la recompensa de los novios. Para ellos, el enlace no termina
cuando los invitados se van. El final de la celebración se produce cuando
realizan la “luna de miel” pero ¿Por qué se le llama luna de miel al viaje de
novios? En su origen “luna de miel” no se refiere a ningún viaje sino al
periodo de un mes que comienza desde que se contrae matrimonio. Antiguamente existía
la tradición de entregar a los novios una vasija con “hidromiel” (bebida
fermentada a base de agua y miel) Esta bebida tenía la función de otorgar
energía para poder concebir el primer hijo en este primer mes. A pesar de ello,
el término “luna de miel” como algo similar a lo que en la actualidad conocemos
se produce a mediados del siglo XIX, cuando la sociedad burguesa británica decidía
hacer un viaje justo después del enlace para visitar a los familiares que no
pudieron acudir al enlace.
A pesar de todas estas curiosidades
relacionadas con el origen de ciertos aspectos que el día de la boda se
producen hay que destacar que para muchos es el día más importante de su vida.
Es el día en el que las miradas hablan y en el que la luz y la alegría se
convierten en personas. Es un día que supone el inicio de una época. Es un día
en el que el gran protagonista de todo, el amor, acampa por cada rincón. Y es un
día para celebrar eternamente.
Cuack!