Aún tengo la suerte de tenerla.
Desde la distancia la sigo sintiendo a mi lado y, aunque existan kilómetros de
por medio, mi amor y afecto por ella crece por día. Sin ella no sería el que
soy. Mejor o peor, pero no sería el mismo. Sin ella no sabría a quién darles
las gracias por tanto cariño y sin ella seguramente mi vida sería otra. Sigue
siendo la primera imagen que vi y todo ese tiempo que vivimos bajo el mismo
techo lo guardo en mi recuerdo y en mi corazón. Nada podrá sustituir eso.
Ahora tengo la gran fortuna de
ver bastante cerca como es una madre cada día. La complicidad de madre e hijo y
viceversa es insuperable. Nadie puede desbancar esos sentimientos y esa
necesidad que ambos tienen entre sí. Mi hijo necesita a su madre y ella lo
cuida como nadie. Ella entiende su llanto y, solamente sintiendo sus brazos, consigue
el consuelo que él busca. Desde primera hora de la mañana hasta que en la noche
solo se ve la luna ella está ahí, pendiente de él. Lo cuida, lo alimenta, lo
educa, se divierte y lo ama.
En nueve meses ya sabias como
seria y ahora te doy la razón. Fueron nueve meses donde sentías las patadas que
ahora en su cuna, en su hamaca o en nuestros brazos nos muestra. Nueves meses
en los que cada noche parecía que se iba a salir por tu barriga. Habrá quien no
opine igual pero es difícil decir lo contrario y es que sería un insensato por
mi parte no decirlo pero esos nueves meses dentro de ti es la gran diferencia
que hace que madres y padres seamos diferentes. Reconoce tu voz y tu olor. Te
busca con su mirada y te sonríe con tranquilidad. Es como si dijera: mi madre
ya está aquí. Cada día estoy más seguro de que mi hijo está en buenas manos
contigo.
No tengo manera de agradecerte
todo lo que por él, y también por mí, haces. Las horas sin dormir no se pueden
recompensar con regalos materiales. No existe nada que tenga el mismo valor que
tu esfuerzo. Todos estos comportamientos demuestran que vosotras, las madres,
sois únicas. Sin daros cuenta, el regalo me lo hacéis vosotros a mí. Es un
placer veros juntos, sonreír y disfrutar el uno del otro.
Sin vosotras no somos
nadie. Sin vosotras no seriamos lo que hoy somos. Sin vosotras la vida sería
más difícil. Sin vosotras no habría consuelo, afecto y comprensión. Sin
vosotras no habría protección. Sin vosotras no habría camino que seguir. Sin
vosotras la felicidad sería diferente. Sin vosotras, fuente de inspiración, no
escribiría estoy hoy.
Una vez más, gracias por esta
ahí, gracias por ser como eres y gracias por ser una gran madre. Nuestro hijo,
algún día, te lo agradecerá. Sin ti, no seriamos la
familia que somos hoy.
Feliz día de la Madre.
Cuack