jueves, 23 de septiembre de 2021

Mi terremoto

Cuenta tu corta y bonita historia, que hoy se cumple un año de aquel frenético día. Comenzaba con una frase que jamás olvidaré. Era temprano, tu madre me llamó, me miró y me dijo: creo que ya está aquí. El día, alimentado por suspiros, se llenó de momentos inolvidables, de nerviosismo circunstancial y de cierta incertidumbre. Menos mal que ya apareciste. En el recuerdo de aquel alegre día quedará la inesperada, aunque obligada, soledad. Todo a consecuencia del momento que vivíamos y de ese maldito bicho.

Sin darnos cuenta ya tienes un añito de vida. Has crecido con la expresión de las miradas y el anhelo de las sonrisas que una tela azul nos tapaba. Desde el día que naciste supimos que volveríamos a disfrutar de la maternidad, paternidad y de todo lo que ello conlleva. Volverían los sacrificios, las horas sin dormir, multitud de pañales por cambiar, biberones que rellenar e infinidad de mimos por dar. Eso sí, todo ello compensado con una perpetua sonrisa. Las primeras semanas parecías tranquila, demasiado a nuestro pensar, pero pronto esa tranquilidad se transformó en actividad. Todo cambio cuando comenzaste a escuchar una voz cómplice que a día de hoy sigues escuchando con atención. Ya se presagiaba. Los más divertido estaba por llegar.  

He de contarte que juegas con ventaja. Tienes la suerte de tener un hermano mayor. El mejor hermano que puedes tener. Irene, quizás ahora no lo sepas, pero te darás cuenta que te acompaña una estrella. Lo sientes y, sabiendo que él está por allí, solo quieres estar cerca suya. Tu rostro se transforma cuando lo ves. Te cuida y te hace reír y aunque en alguna ocasión puede parecer que te agobia con abrazos y besos tienes que entender que son muestras de cariño. Él, que cariñosamente te llama “terremoto”, nunca caminó solo. Sus dos brazos siempre tenían donde agarrarse, al igual que tú, pero en tu caso cuentas con un apoyo más. Ahora, que ya comienzas a dar tus primeros pasos lo estas comprobando. Hija, difícilmente te caerás.

Ha sido un gran primer año. En todo este tiempo, cualquier segundo a vuestro lado ha sido emocionante. Veros jugar y reír juntos paraliza las agujas del reloj y os aseguro que no hay nada mejor que hacer que acompañaros a vuestro lado. Compartes el mismo don que tienen tu madre y hermano y es que, al igual que ellos, repartes alegría allá por donde quieras que vas.  Tus contagiosas carcajadas levantan los ánimos de los peores días. Transmites la vitalidad necesaria para día a día seguir adelante por un objetivo. Tu inagotable actividad cansa al más fuerte. La luz que tu mirada proyecta cuando nos ves llegar brilla como el sol de la mañana y la dulzura con la que el sueño te rinde nos hace creer que el día va a terminar.

Vas creciendo, y aunque a veces pienso que llegaste a un mundo difícil de entender donde a veces la realidad es difícil de creer sé que serás capaz de progresar con la personalidad que ya muestras. De todas formas, aquí estaremos a tu lado. Pero ahora, es época de jugar, aprender y divertirse. El resto ya vendrá. Disfruta de este gran día y a por muchísimos más. Felicidades Irene.

Cuack