lunes, 21 de julio de 2014

Un castillo y mi princesa

Un lugar peculiar. Tengo la suerte de conocer este pequeño rincón de la comarca de Antequera desde hace casi ocho años, aunque de forma más intensa desde hace solo cinco pero os aseguro que en este corto espacio de tiempo he tenido la suerte de disfrutar de este lugar de una forma muy especifica. Su censo de población no es muy alto y quizás sea por eso por lo que Teba se convierte en un lugar especial.

La famosa “puelta velde”, el trancón y la gofifa son algunas de las palabras típicas del lenguaje que allí, como en cualquier rincón de España, les hace característico. Un pueblo hermanado con Escocia que durante un fin de semana celebra su festividad por todos los sucesos que la historia cuenta y es que James Douglas dejo huella en este pueblecito de montaña. Calle Nueva, San Francisco, el Testero o calle Alta, por cualquiera que camines observarás a su gente y comprenderás porque Teba es como es. Sé que consta de unos buenos carnavales aunque por el origen de mi tierra no he podido disfrutar aún de ellos. A mediados del mes de mayo celebran la Romería, una festividad donde las risas, el buen ambiente y el vino no faltan y donde además tuve la suerte de conocer a una persona muy especial. Si vas en Agosto podrás disfrutar de la Feria, como en cualquier rincón andaluz, y entre baile y baile podrás enamorarte más de este lugar. En octubre este territorio cambia de olor y pasa a tomar uno por el que muchos artesanos de toda España no quieren faltar. Teba acoge una de las mayores ferias artesanas del queso y, para suerte de todos allí, goza de una juventud que sabe disfrutar de su tierra como nadie. Son la vida de este rincón.

Llegue de la mano de una amiga y gracias a ella dentro de poco me iré de la mano de mi mujer. En este año hay un día muy especial marcado en el calendario y para tal día Teba y yo vamos a ser coprotagonistas en la vida de una persona. Allí existe un Castillo, el de la Estrella, que como todo cuento de hadas tiene su princesa. Una princesa que vestirá de blanco un día muy señalado en la vida de toda mujer y del que tendré la suerte de formar parte. La Estrella llora de alegría por ver como su princesa comienza una nueva vida y Poseidón, dios del mar, vigila desde la lejanía como uno de sus benefactores se corona con la mejor de todas las mujeres posibles.


Cuack!



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