"Vamos hijo, date prisa que es la hora de
aplaudir. Y coge una chaqueta que hoy hace frio"
Es evidente y de agradecimiento
eterno elogiar las sustanciosas donaciones que el grupo empresarial, y gigante
español de la moda, está realizando para poder paliar de la manera más rápida
posible esta crisis que estamos viviendo. Su generosidad es tan admirable como
la de aquellas otras empresas de distintos sectores que también trabajan para suavizar
el impacto que este virus está teniendo en nuestro país. Ya son muchas las
empresas que también han realizado donaciones de todo tipo, desde juegos de
cama para hospitales hasta cantidades económicas para luchar contra con el
Covid-19. Hay que agradecer también la labor de todas aquellas personas que de
manera solidaria trabajan en sus casas fabricando todo tipo de material sanitario
que sea útil. Pueblos enteros haciendo mascarillas, autónomos con material informático
realizando protectores o personas anónimas realizando la compra de alimentos y
otras necesidades a sus mayores más cercanos. Por ello, y desde el mayor
respeto que puedo mostrar, no entiendo como desde algunos medios y entes
proponen a una sola persona para ser galardonado con el premio Princesa de
Asturias de la Concordia.
A pesar de esto, quiero acordarme de los otros
"Amancios". Aquellos que ahora están en casa confinados ejerciendo de
inventores, maestros, payasos y, por supuesto, padres. De aquellos que explican
a sus hijos que el parque se ha roto y no podemos ir a él. De aquellos que les
indican que en la calle hay unos bichitos malos que nos pueden hacer daño. De
todos aquellos que tele trabajan con un ojo en la pantalla del ordenador y otro
en la de sus hijos. De aquellos que salen a trabajar sin saber la aventura que
el día les puede deparar. De aquellos que vuelven a repasar los ríos de España,
las tablas de multiplicar o las tildes en las palabras. De aquellos que juegan
sin parar para ver sonreír a sus hijos. De aquellos que abren de manera puntual
el balcón o la ventana de su casa para aplaudir con sus hijos mientras piensan
que algún día les tendrán que explicar este emotivo homenaje. Para ellos no solicito ningún premio. Ellos
también merecen su reconocimiento y, aunque les digan que es su labor como
padres, no pido un aplauso para ellos. Solo quiero mostrar admiración por su
gran dedicación.
Parece que la madre Tierra nos ha
querido castigar, nos pidió un respiro que no le supimos dar. Es indiscutible
que todos tenemos ganas de volver a la normalidad pero sinceramente no persigo
volver a lo de antes. Este virus transformado en crisis, ahora sanitaria y
luego económico - social, nos debe haber abierto los ojos. Espero que a partir
de esto, se valore más a un científico que a un futbolista. Tras esto, propongo
que por ley, gobierne quien gobierne y sea del color que sea, se establezca un
porcentaje fijo en los presupuestos dedicado a Sanidad, Educación y Ciencia sin
recortes y menosprecios. Tras esto, sueño con que las empresas sean más
flexibles con los trabajadores ya que este virus ha demostrado que, por causas
de fuerza mayor, se puede tele trabajar. Deseo que se sigan apreciando las pequeñas grandes cosas que ahora valoramos
(una llamada, un abrazo, cocinar, leer...). Tras esto, aspiro a que la
sostenibilidad y el cuidado por el medio ambiente reine en la sociedad. Me
gustaría que nuestros líderes y gobernantes se ponga de acuerdo más a menudo y
dejen de confrontar tanto. Y sobre todo, quiero que la solidaridad que ahora aflora no
desaparezca de forma repentina. Ánimo, que todo saldrá bien.
Cuack.