Para algunas personas ser compasivo y
generoso parecen unos estados difíciles de cumplir pero la recompensa personal que
recibes por ser así es mayor que la que tu puedes provocar actuando de esa
forma. Pero ¿Cómo estará la situación en la sociedad para tener que llevar a
cabo la creación de una píldora que combata el egoísmo?
La solución tiene su origen cruzando el
charco. Desde San Francisco (USA) llega Tocalpona, un fármaco que prolonga el
efecto de la dopamina en la corteza prefrontal del cerebro. Esta zona del
cerebro es la que regula el pensamiento más complejo y las emociones. El medicamento
hace que la gente sea más sensible a las injusticias y desigualdades. Además,
provoca que la generosidad de las mismas vaya en aumento y que la imparcialidad
en ciertas decisiones sea mayor. El estudio, que ha sido publicado en la
revista Current Biology, acerca la magnitud de la creación de este fármaco a la
posibilidad de poder utilizarlo en trastornos como la esquizofrenia o
adicciones. La aplicación del efecto del fármaco fue muy sencilla. En el
proyecto participaron 35 personas de las cuales algunas tomaron este
medicamento y otras un simple placebo. La prueba consistía en repartirse dinero
entre ellos (todos desconocidos) y las conclusiones a la prueba fueron
sorprendentes ya que los que habían tomado el fármaco repartían el dinero de
una manera más equitativa que los habían tomado el placebo. Este producto ya ha
sido aprobado por la FDA (Food and Drug Administration de USA) y se espera que
su comercialización se produzca en breve sobre todo para atacar a las persona
que padecen enfermedades mentales.
Es extraño leer como los problemas de este
tipo tienen una solución científica y no una solución interior de cada persona.
Estos hábitos que podrían ser resueltos con la implicación personal parecen ser
desplazados por productos de probeta. Es aplaudible saber que este medicamento
ayudará a las personas con enfermedades mentales serias que alteran su estado
sentimental y personal pero pensar que puede ayudar a ser generoso a una
persona que por sus condiciones no quiere serlo es, permítanme la palabra,
detestable. Pero bueno, si la solución no viene por la condición personal
tendrá que venir por la condición probetal. Mientras no se comercializa podríamos
intentarlo nosotros.
Cuack!
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