lunes, 20 de abril de 2015

El desdibujado crecimiento

Las previsiones de crecimiento son buenas. Lo dice el Fondo Monetario Internacional, aquel que presidió durante años la misma persona que ahora ocupa portadas de periódicos y cabeceras de telediarios por su supuesto fraude fiscal a su querida patria.

Los economistas se han convertido, sin querer o queriendo, en los gurús de la sociedad. El vaticinio de un economista vale más que cualquier otra predicción pero quizás hay un matiz que se escapa y es que esos pronósticos se alejan bastante de la realidad. Perdónenme, pero no creo que anunciar a bombo y platillo un crecimiento del país del 2.5%, mientras que el porcentaje de desempleo es superior al 20%, sea para alegrarse. No término de verle sentido a esto mientras la cifra de desempleados siga siendo tan elevada. Los últimos datos del empleo, analizados cuantitativamente, son buenos pero si los miramos desde el punto de vista cualitativo la conclusión es muy distinta. Se están creando empleos precarios en una sociedad que te ofrece todo lo contrario. Donde antes había uno ahora hay dos con la mitad del sueldo. Dicen que estamos creciendo pero sin embargo patronal y sindicatos no consiguen acordar un porcentaje de subida de salarios. A los miserables sueldos que ofrecen hay que soportales cargas que lo superan y mientras la intención es que compremos viviendas, incrementemos la natalidad y aumentemos el consumo solo son capaces de ofrecernos sueldos de 600 euros. ¿Alguien me explica cómo se puede hacer crecimiento con estos datos? Me encantaría ver una rueda de prensa de algún político, da igual de qué lado y de qué partido, donde nos enseñase como se puede vivir con 600 euros y no morir en el intento. Pero tranquilos, que como ya anuncia el FMI o Draghi a través del BCE, estamos en crecimiento. Como ya certifica los datos de Eurostat lo único que está creciendo son las carteras de los miembros del IBEX 35. Nuestros salarios son muy diferentes a los de la media europea y cada vez nos alejamos más. Ganamos un 28% menos que la media de nuestros competidores. Nuestro mercado laboral  ha evolucionado en una sola dirección: beneficiar a los directivos. Para ellos la receta ha sido: menos trabajo, más salario, más blindaje y menos movilidad. Entre tanto, todo lo contrario a esto es lo que se le ha aplicado a los trabajadores.

Por otro lado y para combatir la pobreza infantil, un dato que desde mi punto de vista es bastante alarmante, el Banco de Alimentos, con la colaboración de la Obra Social de La Caixa, han decidido lanzar en esta semana una campaña denominada "Ningún niño sin bigote". Esta campaña se inicia con la donación económica equivalente a 100.000 litros de leche por parte de la entidad bancaria y que tiene su continuidad en la colaboración ciudadana. La idea de la campaña es muy buena y además pionera, por lo que supone demandar solo un alimento, pero no dejo de pensar que la misma entidad que pone a familias fuera de sus casas en los desahucios sea ahora la colaboradora o encargada de ofrecer un vaso de leche. Hay personas que ven fundamental la labor de este tipo de fundaciones que abastecen a los más necesitados pero no deja de ser preocupante que el número de personas abastecidas vaya en aumento. Mientras tanto, los encargados de reducir la pobreza solo miran a los ojos del FMI o BCE. Ellos esperan que las donaciones privadas de los ciudadanos salven a las personas que se encuentran dentro de la pobreza mientras cuadran los importes macroeconómicos necesarios  para pagar la deuda. Un entredicho crecimiento que no refleja la verdadera sociedad. Aún así sigamos confiando en la voluntad y labor de los Bancos de Alimentos que una vez más superan con creces la acción de los gobernantes.

Cuack!





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