martes, 24 de febrero de 2015

La niña que desmanteló el Wifi

Con tan solo siete años ya es famosa por sus habilidades tecnológicas pero sobretodo por poner en evidencia las carencias del Wifi gratis. Siempre que vemos un lugar donde hay posibilidad de conectarse al Wifi nos acercamos a él y desde ese punto entramos en el correo, realizamos gestiones a través de la banca online o simplemente consultamos todos los cambios que se van sucediendo en nuestras redes sociales. A priori parece que esta actividad es segura pero Betsy Davis, esta singular niña británica, ha sido capaz de demostrarnos los peligros del Wifi gratis en plazas y centros públicos.

Todo este experimento, controlado y supervisado por profesionales, se elaboró hace pocas semanas con un resultado sorprendente. Betsy, con gran afición a la tecnología y siete años de edad, fue la elegida para poner el desafío que le propuso la empresa Hyde my Ass. Esta empresa perseguía un único objetivo: poner a prueba la seguridad y vulnerabilidad de la red wifi pública y de la conexiones que cada segundo se producen. La jovencísima británica fue capaz de hackear esta red tras realizar una simple búsqueda en Google, leer detenidamente un tutorial sobre redes y, por supuesto, su gran habilidad tecnológica. Le basto quince minutos para establecer un punto de acceso y poder así modificar los mensajes y hackear la red. Utilizó la técnica conocida como “ataque de hombre en el medio” (Man-in-the-middle) y a base de una técnica no muy compleja fue capaz de poner a la luz los peligros de las conexiones inalámbricas. Muchos expertos lo llevan avisando desde hace bastante tiempo y no paran de anunciar que las redes públicas son los principales focos de hackers que de una manera malintencionada pueden varias y modificar aquello que circula por la red.

Betsy Davis ha sido capaz de ello y ha creado la desconfianza general sobre la seguridad de las redes wifi públicas. Tras leer esto nos podemos sorprender por ambas cosas, tanto por la cualificación de la niña como por la idea de saber que los lugares que frecuentamos en sitios públicos no son del todo seguros.  A pesar de ello, poco podremos cambiar para que la seguridad en este tipo de redes sea mejor y seguramente tras leer esto sigamos utilizando las redes públicas así que alegrémonos por saber que hay esperanza en los niños de siete años.


Cuack!



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