Con tan solo siete años ya es famosa por sus
habilidades tecnológicas pero sobretodo por poner en evidencia las carencias
del Wifi gratis. Siempre que vemos un lugar donde hay posibilidad de conectarse
al Wifi nos acercamos a él y desde ese punto entramos en el correo, realizamos
gestiones a través de la banca online o simplemente consultamos todos los
cambios que se van sucediendo en nuestras redes sociales. A priori parece que
esta actividad es segura pero Betsy Davis, esta singular niña británica, ha sido
capaz de demostrarnos los peligros del Wifi gratis en plazas y centros
públicos.
Todo este experimento, controlado y
supervisado por profesionales, se elaboró hace pocas semanas con un resultado
sorprendente. Betsy, con gran afición a la tecnología y siete años de edad, fue
la elegida para poner el desafío que le propuso la empresa Hyde my Ass. Esta empresa
perseguía un único objetivo: poner a prueba la seguridad y vulnerabilidad de la
red wifi pública y de la conexiones que cada segundo se producen. La jovencísima
británica fue capaz de hackear esta red tras realizar una simple búsqueda en
Google, leer detenidamente un tutorial sobre redes y, por supuesto, su gran
habilidad tecnológica. Le basto quince minutos para establecer un punto de
acceso y poder así modificar los mensajes y hackear la red. Utilizó la técnica
conocida como “ataque de hombre en el medio” (Man-in-the-middle) y a base de
una técnica no muy compleja fue capaz de poner a la luz los peligros de las
conexiones inalámbricas. Muchos expertos lo llevan avisando desde hace bastante
tiempo y no paran de anunciar que las redes públicas son los principales focos
de hackers que de una manera malintencionada pueden varias y modificar aquello
que circula por la red.
Betsy Davis ha sido capaz de ello y ha creado
la desconfianza general sobre la seguridad de las redes wifi públicas. Tras
leer esto nos podemos sorprender por ambas cosas, tanto por la cualificación de
la niña como por la idea de saber que los lugares que frecuentamos en sitios
públicos no son del todo seguros. A pesar
de ello, poco podremos cambiar para que la seguridad en este tipo de redes sea
mejor y seguramente tras leer esto sigamos utilizando las redes públicas así
que alegrémonos por saber que hay esperanza en los niños de siete años.
Cuack!
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