viernes, 25 de julio de 2014

Pesadilla en Wall Street. La influencia de los mercados

Los años pasan y la influencia financiera en el mundo es cada vez más impactante. Hace años que estamos en crisis y, a pesar de ello, cada día vamos descubriendo nuevos culpables. Hemos culpado de ello a los ciudadanos diciendo que han vivido por encima de sus posibilidades, quizás la culpa de que estos hayan creído que podían vivir así es de quienes no han aplicado organismo de control, entre otras porque se han beneficiado de ello. Culpamos a los empresarios por sus malas prácticas empresariales y su destacada ausencia de responsabilidad social corporativa en sus diferentes ámbitos de negocio. La gran culpa de todo se la concedemos a los políticos. Encargados de controlar y dirigir la economía de un país, entre otras cosas, y que no han sido capaces de hacerlo con la eficacia que se presumía. De un lado y de otro, el bipartidismo no ha sido ético, ni responsable ni ha tenido una actitud de compromiso con el ciudadano. Han conseguido que la sociedad pierda valores por encima del dinero y la corrupción es la gran muestra de ello. Sin embargo, hay otro factor importante e influyente en la crisis financiera que aunque camina por el mundo sin rostro aparente tiene un enorme impacto en los políticos y empresarios. Esté no es más que el mercado financiero.

Han hecho temblar a Europa desde hace unos años hasta la actualidad. Consiguen crear el terror por la economía de los diferentes países, en especial los del sur, y han llegado a derribar gobiernos. Han conseguido hacer que los políticos practiquen políticas de austeridad para hacernos creer que saldríamos de una crisis que ellos mismos nos han creado aunque prefiero que juzguéis ustedes mismos si hemos salido o no de esta situación. Lo más cínico es que realmente si hay caras a todos esto que decimos y que tiene una virtud abstracta. Detrás de estos mercados están las personas que gestionan los fondos de inversión y los analistas que vaticinan los movimientos de las Bolsas. A pesar de ello, se puede saber el comportamiento de los mercados y prever los movimientos que van a producirse. El economista Juan Ignacio Crespo desarrolla en su libro, “Cómo acabar de una vez por todas con los mercados”,  la percepción que tenemos sobre estos.

Su libro se puede resumir en cuatro partes: por un lado que los mercados son más jocosos que todopoderosos, por otro que el ahorro mundial los hace vulnerables, un tercero que destaca que el comportamiento  es predecible y para finalizar que su poder reside en que mientras los mercados son globales los gobiernos son locales. Este licenciado en Ciencias Matemáticas  apunta que algunos economistas han creado teorías sobre cómo evoluciona la economía, o debería hacerlo, en función de parámetros que no están bien medidos porque la economía no es una ciencia exacta. En la mayoría de los casos, los economistas circulan en los mercados con argumentaciones  basadas en entes hipotéticos que nadie ve pero que son definidos por unas escasas características que se convierten en abundantes e influyentes.  Este economista señala que si hay explicación para lo que ocurre en los mercados y es posible desmitificarlos. Los agentes que allí operan también cometen errores porque dependen de otros actores que interceden en la economía que les puede llevar a tomar buenas decisiones pero ojo que también pueden tomar malas prácticas por lo que conociéndolos es la mejor forma de acabar con ellos.

Incluso sabiendo que los mercados tienen rostros y que su influencia es cada vez mayor en las decisiones políticas no conseguimos hacer  del mercado una herramienta eficaz e influyente en su justa medida. Anteponer los movimientos bursátiles, las variaciones de precios y las transacciones millonarias de un pequeño lugar puede provocar que millones de personas se queden en la miseria. Un parquet que en ocasiones también se equivoca.


Cuack!


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