lunes, 12 de octubre de 2015

Mi heroína

Es una droga, pero de las buenas. Estoy enganchada a ella desde hace varios años. Es mi adicción y no me quiero desprender de ella. Dejar de disfrutar de algo que te permite sonreír y entrar en éxtasis de felicidad son las causas principales para adorarla y estar siempre a su lado. Esta adictiva droga es especial. No viene en bolsitas de plásticos ni se diluye al soplar. Es una persona de pelo rizado, mirada hipnotizadora y constante alegría que a pesar de no vestir con capa se convierte en mi heroína.

A lo largo de nuestra vida siempre es aconsejable admirar a alguien. Fijarnos y embelesarnos con las cualidades de los demás no es malo sino todo lo contrario. De esa forma de actuar se consigue aprender y valorar lo que realmente importa. Tener un ídolo y seguir sus pasos, de la forma más parecida posible, es incluso necesario y si además esa persona forma parte de tu familia ¿para qué pedir más? Lo que no sabía y desconocía por completo es que en nuestro periplo por la vida también nos encontraríamos con ángeles de la guarda que ejercen varias funciones pero que sobre la que destaca una: ser nuestros héroes. Por un momento piensas que tu vida se desarrolla como si de un cómic se tratase. Lo mejor, es que tu vida no es un cómic. Es real al igual que la persona que te cuida y está pendiente de ti. Ser capaz de detectar cuando estas mal y levantarte el ánimo con una simple llamada solo es posible si tienes una heroína. Estar presente cuando te estás divirtiendo solo es posible si tiene superpoderes.

Superpoderes tales como la habilidad de darte equilibrio en la vida, ofrecerte alegría a cambio de nada, regalarte una sonrisa en momentos malos, aconsejarte en las dudas, guiarte por el buen camino cuando te tuerces, escucharte cuando necesitas que alguien se dé cuenta de que existes, compartir alegrías y penas a tu lado, cocinar, descansar, contemplar  el horizonte, conversar, llenarte de optimismo los momentos más pesimistas, confiar, respetar y sobre todo, la más importante, amar. Todo esto se consigue si tienes a tu lado la más fiable y mejor droga de todas: tu pareja. Hoy os confieso que tengo una heroína que me da la motivación y las ganas de seguir disfrutando de la vida porque con ella todo es más fácil. Todo es mejor. Todo tiene sentido cuando ella esta. La vida y las personas hay que disfrutarlas. Mientras tanto, sigo disfrutando de mi heroína un año más.


Cuack!


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