Es una palabra malsonante,
horrorosa de pronunciar, decir y sobre todo de aplicar pero lo ocurrido el otro
día en el Congreso solo tiene un nombre: Traición.
Todo es pura estrategia política.
La ética deja paso, sin ella querer, a la unidad de un partido que parece estar
por encima de unos valores sociales que este nuevo Estado del Bienestar, creado por ellos, rechaza. Cuando parecía que existía
una posibilidad de que no se llegase a aplicar una de las leyes más retrogradas
de la historia de la democracia nos dan la vuelta a la tortilla y traicionan
sus mismos ideales para dar paso a una fachada de unidad que deja mucho que
desear. Una gran pantomima. Esta nueva ley del aborto contenta más a la moral
católica que a la vida real. Tiene infinidad de reseñas que indicar y no es un
tema fácil de debatir, porque como bien sabemos la confrontación de las
ideologías es evidente, pero la más destacable es la que se centra en el
supuesto de mal formación. Algunos incluso han llamado asesinato al hecho de
abortar sabiendo que el ser que viene llega con mal formaciones. A mi parecer
es mayor el sufrimiento de una persona que no pueda disfrutar de la palabra
vida igual que lo hace el mismo que define de asesinato el hecho de abortar por
esta causa.
Con las modificaciones sufridas
en la ley de dependencia, en base a los recortes y la austeridad conocida desde
hace algunos años, la vida para una serie de personas que nazcan con
malformaciones o algún tipo de las denominadas enfermedades raras será cada vez
más difícil. ¿Qué tipo de finalidad persiguen con todo esto? ¿Qué los que
tienen una situación económica favorable puedan vivir sin problemas y el resto
se pudra en la miseria? Lo que aún sigo sin entender es que si cada ministerio
realiza sus propias leyes ¿Qué tipo de competencia puede tener el ministerio de
Justicia ante una situación que es puramente sanitaria? ¿Acaso no es competencia
del ministerio de Sanidad elaborar una ley que trate este tema? Lo peor de todo
es que esto que ocurrió el otro día no es la primera vez que pasa. La traición
comenzó el mismo día en el que empezaron a aplicar medidas y reformas
totalmente distintas a las que anunciaron en sus programas electorales. Por
cierto, si alguien encuentra en el programa electoral de este partido la
proposición de modificar la ley del aborto que me avise. Tales programas
deberían tener fundamento de derecho para poder recurrirlos cuando incumplan lo
que en ellos se anuncian. En mi opinión la mayoría absoluta debería prohibirse
en los resultados electorales, y a las pruebas de estas últimas y de las
anteriores veces me remito. Y si, hoy no les hablo de algo bueno aunque os
informo que no dejéis de leer el post de mañana. Seguro que os gustará.
Cuack!
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