Han llegado para salvarnos. Esa es la primera
reflexión que han tenido muchas personas con la noticia de hoy. Una necesidad
ha encontrado resultado. Después de ser promulgada como la “tarea más odiada”,
planchar, o también conocido como el laborioso proceso de eliminar arrugas
textiles que quita mucho tiempo, tiene solución. Un nicho de negocio derivado
de una realidad comprobable nace a través de la startup Planchic.
Sin duda, planchar es la tarea
doméstica que menos gusta a los españoles y tras investigar esta necesidad
llega Planchic. Esta startup de planchado, a domicilio y en tienda, nace con
precios competitivos y un gran valor añadido de compromiso medioambiental. Para
quien no lo sepa, una startup es una empresa asociada a la innovación,
desarrollo de tecnologías o diseño web. Suelen ser empresas de capital-riesgo. Por
lo general estas empresas comienzan como una idea de negocio creativo para
luego agregar una diferenciación a dicha idea a través de la innovación. Suelen
ser organizaciones humanas con gran capacidad de cambio. El principal objetivo
de los fundadores era crear una empresa sostenible económicamente y que también
lo fuese con el entorno. Planchic no
utiliza productos químicos y el agua que reutilizan es de la calefacción y
aires acondicionados. Esta agua, al estar desmineralizada, alarga la vida de
las máquinas y de las prendas. Además no emiten CO2 en sus desplazamientos ya
que para ello utilizan una bici de recogida y repartos. Para seguir con el
objetivo medioambiental siempre obsequian al cliente con perchas ecológicas
fabricadas bajo el soporte de celulosa de residuos agrícolas que no han
requerido tala de árboles. Llevan un año funcionando en Madrid y prácticamente
han conseguido recuperar lo invertido. A pesar de que en España no es tan
conocido, sus fundadores cuentan que en Francia es un gran negocio y poco a
poco se irá implantando esa filosofía aquí en nuestro país. La frecuencia de
demanda suele ser quincenal y el plazo de entrega acostumbra a estar en 48
horas.
En cuanto al precio del
planchado, este depende del tipo de prenda que trate, por ejemplo los
pantalones tienen un coste medio de unos 2 euros, las camisas entre 2 y 3
euros, los manteles algo más. Las americanas y abrigos entre 3,50 y 4 euros y
los paños de cocina y toallas pequeñas siempre menos de uno. Como podéis leer y
apreciar, la idea de que la tarea más odiada sea trasladada a otras personas merece
la pena.
Cuack!
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