miércoles, 19 de marzo de 2014

Un ídolo en la sombra



Hace muchos años que tú y yo tenemos un ídolo en la sombra.  A la típica pregunta, ¿quién es tu ídolo?, tenemos la mala costumbre de responder con el nombre de un famoso. Cantantes, actores, futbolistas…da igual. Ya sean por sus canciones, películas o destreza con el balón lo más fácil es responder con un personaje público. Aunque la mayoría de personas no somos conscientes, nuestro verdadero ídolo está muy cerca. En la distancia o en la habitación de al lado siempre podremos encontrar a una persona que lo daría todo por nosotros y que, sin apreciarlo, nos enseña cada día como afrontar las diferentes situaciones que la vida te pone por delante.


Hay algunos hombres que cargan con una característica que no desean y actúan de una forma distinta a la habitual, llegando a unos extremos donde se les puede llamar de todo menos padre. Un padre verdadero es aquel que sin pedir nada a cambio actúan desde el corazón. Es un ángel, una protección, un apoyo, un amigo y un tesoro. Pelea por ti, por la familia y por los suyos. Te aconseja, te guía y te asesora en la difícil tarea de vivir. La vida pone obstáculos para que al principio se salten juntos y luego, con el recuerdo y la forma en las que él te enseño, lo saltes solo. Dicen que la distancia enfría las relaciones pero cuando hay un cariño verdadero esta relación crece sin, en ocasiones, apreciarlo. La necesidad de la figura paterna se torna vital y fundamental para empujar al niño, joven y adulto en la carrera por ser una persona.


Estos ídolos que permanecen en la sombra son nuestros padres. Hoy, en el día de San José, aquel famoso carpintero que parece que en la historia nada tiene que ver, celebramos su festividad. Un día marcado en el calendario para felicitar y dar gracias por su existencia pero no olvidarse que hay que estar agradecidos de su presencia e importancia todo el año. Ser padre tiene que ser algo maravilloso y algún día espero formar parte de esa gran legión de ídolos a la sombra. Con el agradecimiento de por vida a la persona  a la que dedico estas palabras, quiero felicitar a todos los padres del mundo, a los que han podido leer esta reflexión y  a los que sentados y con muchas arrugas en su suave piel han escuchado de boca de sus hijos la palabra felicidades. Gracias por todo.
 
Cuack!



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