viernes, 6 de marzo de 2015

2 sures. El vídeo de la polémica

Y para caldear un ambiente ya de por si calentito llega esto. Una campaña con tono humorístico, según algunos, que pretende explicar las diferencias que existen entre un ciudadano andaluz y uno extremeño. A mi parecer, un vídeo de mal gusto, inapropiado y sin un objetivo eficaz.

Que España es un país roto no es novedoso y que las diferencias entre las distintas comunidades autónomas son bastantes claras tampoco asombra a nadie. Ellos, los políticos, pretenden aparentar una situación de unidad que es complicada visualizar aunque lo difícil de esto es entender porque se sigue construyendo esas diferencias en vez de intentar eliminarlas. Parece que construir un país basado en la unidad es algo cada vez más complejo para los gobernantes de determinados territorios. La creación de enfrentamientos y el ataque gratuito se ha convertido en la baza fundamental de un candidato para ganar votos. O eso piensa. En vez de proponer medidas que ayuden a la ciudadanía basan su clave electoral en desprestigiar a la oposición. Pero ¿por qué Andalucía es de nuevo el centro de estos ataques? Muchos dirán que Andalucía interpreta el papel de víctima que no le corresponde pero los andaluces decimos, alto y claro, que ¡ya está bien! Basta de tener en la comunidad Andaluza el filón necesario para realizar una campaña electoral de desprestigio.

¿Cuál es la situación de un país que presume de Marca España cuando entre los gobernantes de sus distintos territorios autonómicos solo hay confrontaciones? Monago, aquel extremeño que lloraba por los ataques recibidos en su lio de cuentas y viajes a Canarias, cree que la forma de captar votos para su partido es atacar a una población que solo hace recibir insistentes comentarios y desdichas negativas para reforzar la posición del otro. El presidente extremeño ha dicho que a la política le falta sentido del humor y le sobran otras muchas cosas. Si saben lo que les sobra ¿Por qué están parados sin hacer nada y centrando sus esfuerzos en una campaña “humorística”? ¿Cuál es el nivel intelectual de un político para llevar a cabo este tipo de actuaciones?

Los andaluces estamos cansados de ello. La promoción del vídeo se escudará en la libertad de expresión pero cuidado, la libertad deja de ser libre cuando desaparece el respeto. Lo alarmante de esto es la confluencia de valores que han dejado de existir para los políticos. Ya no saben cómo actuar para captar votos y en vez de centrar sus esfuerzos en crear un país donde las desigualdades sean las más pequeñas posibles, la corrupción se convierta en un problema pasajero o el crecimiento de un país se mida por el empleo y no porque estamos pagando la deuda, hacen todo lo posible para que parezcan aspectos difíciles de solucionar. A lo mejor, también puede darse el caso de que no quieran solucionarlos y es entonces ahí cuando el problema se agrava.   

El último Debate de Estado de la Nación es un reflejo más de la clase política que tenemos. Comenzó plasmando una realidad que solo algunos alcanzan ver, luego le siguieron repetidas propuestas que hicieron años atrás y que todavía seguimos esperando que se cumplan y acabó como si de un partido de fútbol se tratase con unos hinchas aplaudiendo cualquier frase, con o sin sentido, que se dijese. Incluso, como en los partidos de fútbol, si no te gusta lo que ves pues siempre habrá un iPad con el que jugar y poder entretenerte. Un Debate irrisorio donde los únicos que encajaron los goles fueron los ciudadanos.

Finalmente, este vídeo promocional lo que parece que no ha logrado ha sido contentar a nadie. A los andaluces, evidentemente, los ha enfadado y si pretendía apoyar la candidatura del elegido en el PP he de decir que ha conseguido todo lo contrario ya que desde el propio PP de Andalucía han solicitado la retirada del vídeo. Al parecer este vídeo es el primero de una serie de cortos animados pero me queda la duda de si el siguiente hablará del "calore" de la Comunidad Valenciana, de la "operación Púnica" de Madrid  o de otros tantos casos más para, como dice Monago, reírse de ellos.


Cuack!



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