La historia se vuelve a repetir y
con los mismos protagonistas. La única diferencia es que el perdonado hace 62
años es uno de los miembros más influyentes y poderosos que ahora debería
perdonar. Dejando a un lado ideales políticos de izquierda o derecha y la
posición conservadora o liberal que algunos plantean, hay que poner el ojo en
los verdaderos afectados: los ciudadanos. No cabe duda que anteriormente los
gobernantes griegos han gestionado mal el país y que la crisis les ha afectado
de manera especial pero de eso a dejar que un país de la llamada "Unión
Europea" caiga en la ruina total dice mucho de los que verdaderamente
gobiernan y mandan sobre aquello nombrado con las anecdóticas siglas
"UE". Por las noticias podemos leer que ellos quieren pagar pero es
que técnicamente no pueden. Es imposible. Además quieren seguir en la moneda
única, el euro, pero desde distintos ámbitos intentan transmitir todo lo
contrario. Grecia no quiere salir del euro, como ya ha dicho su ministro de Finanzas, y lo que plantean en el Referéndum del domingo no tiene nada que ver
con la moneda única. Su pregunta es otra y va relacionada con aceptar, o no,
las distintas exigencias que la Troika les impone (BCE, FMI y Comisión Europea).
Hasta el momento, el domingo será un día clave para Grecia porque sus
ciudadanos hablarán. La incertidumbre vendrá luego.
Pongámonos en antecedente. En el
año 1953 sucedió un hecho que ahora recordamos y que está más presente que
nunca. En ese año se firmó el Acuerdo de Londres que tenía como objetivo
reducir la deuda de Alemania o lo que es lo mismo reestructurar la deuda
alemana contraída en los periodos de entreguerras y post-guerra. Este acuerdo
lo firmaron 25 países acreedores entre los que se encontraba Estados Unidos,
Reino Unido, Francia, España y, por cosas del destino, Grecia. Las
negociaciones del acuerdo duraron alrededor de 8 meses y supuso establecer una quita del 62% de la
deuda al país germano. Esta reducción tuvo la mejor de las mejores
consecuencias: la recuperación alemana. Tal fue la recuperación que gracias a
ello Alemania pudo entrar a formar parte del Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional y la Organización Mundial del Comercio. Hoy en día, Alemania es
la mayor potencia europea sin practicar por aquel entonces medidas de
austeridad.
Leyendo esto podemos observar que
los acuerdos o convenios están para cumplirlos según convenga y según como y
quienes los firmen. Se me viene ahora al recuerdo la famosa Carta Europea donde
se firmó que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) iría en aumento progresivamente
cada año pero, a la vista esta, algunos no lo han cumplido. Por otro lado, no
me parece adecuado la actitud del presidente de nuestro país cuando ha "sacado
pecho" sobre la comparativa entre la situación de Grecia y España. No creo
que un partido salpicado por la corrupción en todos sus ámbitos, regiones y
cargos deba dar lecciones de responsabilidad y liderazgo cuando en el país que
gobierna la desigualdad sigue creciendo. Se nos olvida una cuestión en todo
este tema y es que quienes han llevado a Grecia a esta situación no es el
partido que actualmente gobierna sino los anteriores, es decir los semejantes
al bipartidismo que existe en España, por lo que culpar de todo al gobierno
actual me parece demagógico. Sobre todo si tenemos en cuenta que el partido que
nos gobierna no ha hecho otra cosa más que referirse, durante su legislación, a
la herencia recibida.
Además de esto, sin estar a favor
o en contra de los ideales del Gobierno de Grecia y refiriéndome solo a este
acontecimiento que ahora nos ocupa, considero que hay que aplaudirles la acción
de no fallar a su programa electoral cuando se referían a que la palabra la tendría
el ciudadano. Ante su gran problema dejan la decisión en manos de los griegos. Lo
que venga después del domingo será otra historia pero ahora no es cuestión de
que gane Europa o Syriza, sino de que lleguen a un acuerdo para que los
ciudadanos griegos puedan salir del pozo en el que están. No vale de nada echar
más agua al que se ahoga en una bañera.
Cuack!
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