¿Cuántos de ustedes compra el cupón de la
ONCE o algún tipo de apuestas del Estado? Seguramente que muchos, pero ¿Cuántos
compran con ilusión de que les toque? Algunos diréis que es una pregunta
absurda, ya que siempre se compra para que toque pero quizás ese matiz es el
que distingue a los afortunados de los que no lo son.
Además de esto hay que tener en cuenta una
cosa más, la persona que te vende el boleto premiado. Se aproximan unas fiestas
en el que el derroche en la compra de décimos y participaciones para la Lotería
de Navidad es escandaloso. No apreciamos a mirar ni a observar la cantidad de
dinero que gastamos pero todo ello nace con la ilusión de que toque pero como
he dicho anteriormente también depende de la persona que reparta la suerte. En
un pueblo de la provincia de Málaga, en concreto en Humilladero, existe una
persona con cierta bendición. Melchor Ruiz, el lotero del pueblo, ha vendido
este último fin de semana cupones que han llevado premios por valor de dos
millones de euros a este municipio. Lo sorprendente es que esto ocurre tan solo
dos semanas después de que este mismo trabajador repartiera un millón y medio
de euros. No sé si será calvo o no, ya
que desconocemos su imagen, pero lo que está claro es que reparte la misma
suerte que el calvo de la Navidad. Melchor cumplió hace pocos días 19 años como
vendedor de la ONCE y le decían que tendría que esperar otros 19 años para dar
otro premio grande. La suerte corrió de su lado y en tan solo dos semanas ha
vuelto a dar el premio.
Humilladero está de enhorabuena ya que en su
tierra se encuentra una persona de valor incalculable. En dos semanas ha tenido
en sus manos más de tres millones de euros y él sin enterarse. No cabe duda que
el pueblo está de fiesta pero lo mejor de todo es que esta persona ha hecho
feliz dos familias diferentes. Lo que esa familia quizás no sepa es que dándole
un abrazo fuerte han hecho feliz al lotero de la suerte.
Cuack!
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