La que se avecina estos días. El
revuelo montado por la noticia que el presidente del Gobierno nos dio el pasado
2 de junio ha estado a la altura de la misma. Una decisión que al parecer tomó
el Rey a principios de año pero que se ha hecho efectiva seis meses después. Tras
la abdicación queda en el aire una cuestión: el referéndum. En el periodo de
crisis institucional (ya no es solo económica aunque también habría que añadir
a esta una crisis de valores), muchos
ciudadanos se plantean la posibilidad de que el pueblo decida qué es lo que
quiere. Hay que tener en cuenta que la soberanía nacional reside en el pueblo y
que como tal debería tener la posibilidad de elegir. El planteamiento de un cambio
no se debe fundamentalmente a que la ciudadanía este harta de la Casa Real sino
de los valores que ellos mismos han ido perdiendo. Corrupción o viajes de
cacería mientras el país está en crisis son algunos ejemplos que demuestra el
cansancio del pueblo con esta institución. Por otro lado, hay muchos seguidores
de la Monarquía y desean seguir con esta forma de Estado, solo cabe recordar el
papel fundamental que tuvieron en la transición. Tampoco hemos de olvidar el
rol del Rey como embajador y representante de nuestro país vaya por donde vaya
pero el deterioro de la imagen ha ido calando entre nosotros de forma
considerada. La cuestión de si se debería seguir con esta forma de Estado o
aplicar un cambio será largo. Parece que Felipe VI está suficientemente formado
(nuestro dinero nos ha costado) para que pueda coger el cargo de Rey. Esta
noticia, que se veía venir tarde o temprano, ha sido inesperada pero necesaria.
Que se necesitaba “savia nueva” estaba cantado pero que esa regeneración debe
hacerse en todas las instituciones también es algo que el ciudadano pide. Esta
“savia nueva” que puede hacerse responsable de las instituciones monárquicas y
políticas pide paso pero todavía hay factores y agentes externos que lo impiden
o, al menos, lo hacen más complicado de ejecutar. Basta solo con ver la
cantidad de jóvenes que cada día se van de nuestro país. Pero la noticia,es otra.
Si les doy estos datos: 17 años
de emisión, 2.280 concursantes, 2.826 horas de emisión y 295.000 preguntas
formuladas ¿De qué creen que les hablo? Pues la respuesta es “Saber y Ganar”.
El antológico concurso cultural cumple 4.000 programas en emisión y para
celebrarlo reunirá a sus mejores participantes. Este programa de La 2 tiene una
salud de hierro, casi igual que su presentador, con audiencias de más de un
millones de espectadores y subiendo el share programa tras programa. Creado y
dirigido por Sergi Schaaff y presentado por el premio Ondas en 2012 Jordi
Hurtado tendrá el detalle de hacer un hueco en esta celebración a Pilar
Palacín, seguidora del concurso desde sus inicios, que verá premiada su
fidelidad con una visita al plató.
La brillante y perfecta dentadura
de Jordi Hurtado, las inverosímiles respuestas a complejas preguntas, la
calculadora humana, la cultura en general y, sobre todo, el ataque de nervios
del presentador cuando finaliza el programa donde consigue reunir a sus
concursantes para gesticular como nadie no tiene desperdicio. Pues eso, larga
vida a “Saber y Ganar”.
Cuack!
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