La culpa es nuestra, del ser humano. Ese es
siempre el primer pensamiento al que llego cuando, cada verano, voy a la playa.
La suciedad que veo en el mar es producto del poco cuidado que realizamos en el
medio ambiente. ¿Quién sino tira las colillas, envases de cualquier comida o latas
de refresco al mar? Nosotros. Con esos actos, llenos de ignorancia, lo único
que conseguimos es dañar al medio ambiente y provocar que la fauna y flora
marina no pueda vivir como debería.
Estas sensaciones de culpabilidad sobre el
ser humano son las que ha llevado a un joven holandés de ingeniería aeronáutica
de 20 años a crear un proyecto cuyo fin es limpiar los océanos. La idea surgió a la vuelta de unas vacaciones
en Grecia cuando tras estar buceando por sus costas encontró más plásticos que
peces. En aquel entonces tenía 16 años y vio necesario crear algo para recoger
todos estos residuos. Su propuesta es bien distinta a la que hasta ahora se
pensaba que consistía en equipar grandes barcos con redes para pescar las
basuras. Todo lo contrario, el propone esperar a que el mar les acumule los
residuos en un lugar. Construyó un proyecto basado en datos que alarman a la
sociedad medioambiental, entre ellos destacan: la muerte de millones de aves y mamíferos
que cada año sufre la polución y la
presencia de toxinas de plástico que entran en la cadena alimentaria humana a través
del pescado y que en consecuencia afecta a nuestra salud. Este plan para
eliminar la suciedad del mar lo bautizó con el nombre “La limpieza de los
océanos” y ya ha conseguido reunir dos millones de dólares, dinero suficiente
para hacer este proyecto a escala real.
El proyecto de Boyan Slat consiste en
instalar unas barreras flotantes compactas en forma de uve en zonas estratégicas
del Pacífico Norte, entre ella la denominada “sopa de plástico”, para que los
vientos y las corrientes lleven allí los restos. Según sus cálculos podrían
recogerse 65 metros cúbicos diarios de material tóxico. Luego, cada 45 días,
unos barcos apropiados limpiarían la plataforma que extrae del agua la suciedad
y que succiona y genera su propia energía con el sol y las olas. El joven Slat
ha recibido el premio Campeones de la Tierra que otorga el Programa de Naciones
Unidas para el Medio Ambiente. Hace pocos días presentó el proyecto en New York
donde tiene muchos patrocinadores que avalan el plan.
El mérito de este joven holandés por salvar
el medio ambiente se estima que puede estar terminado en 5 años y sin embargo,
antes de nacer este proyecto, se estimaba que la limpieza de los océanos llegaría
79.000 años después. Estas cifras no terminan de cuadrar mucho la teoría ya que
el proyecto presenta inconvenientes. Lo más importante es que la elaboración de
proyectos para salvar el medio ambiente es algo urgente y necesario. La salud
nuestra también está en peligro.
Cuack!
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