jueves, 20 de noviembre de 2014

Sopa de plástico

La culpa es nuestra, del ser humano. Ese es siempre el primer pensamiento al que llego cuando, cada verano, voy a la playa. La suciedad que veo en el mar es producto del poco cuidado que realizamos en el medio ambiente. ¿Quién sino tira las colillas, envases de cualquier comida o latas de refresco al mar? Nosotros. Con esos actos, llenos de ignorancia, lo único que conseguimos es dañar al medio ambiente y provocar que la fauna y flora marina no pueda vivir como debería.

Estas sensaciones de culpabilidad sobre el ser humano son las que ha llevado a un joven holandés de ingeniería aeronáutica de 20 años a crear un proyecto cuyo fin es limpiar los océanos.  La idea surgió a la vuelta de unas vacaciones en Grecia cuando tras estar buceando por sus costas encontró más plásticos que peces. En aquel entonces tenía 16 años y vio necesario crear algo para recoger todos estos residuos. Su propuesta es bien distinta a la que hasta ahora se pensaba que consistía en equipar grandes barcos con redes para pescar las basuras. Todo lo contrario, el propone esperar a que el mar les acumule los residuos en un lugar. Construyó un proyecto basado en datos que alarman a la sociedad medioambiental, entre ellos destacan: la muerte de millones de aves y mamíferos que cada año sufre la polución y  la presencia de toxinas de plástico que entran en la cadena alimentaria humana a través del pescado y que en consecuencia afecta a nuestra salud. Este plan para eliminar la suciedad del mar lo bautizó con el nombre “La limpieza de los océanos” y ya ha conseguido reunir dos millones de dólares, dinero suficiente para hacer este proyecto a escala real.

El proyecto de Boyan Slat consiste en instalar unas barreras flotantes compactas en forma de uve en zonas estratégicas del Pacífico Norte, entre ella la denominada “sopa de plástico”, para que los vientos y las corrientes lleven allí los restos. Según sus cálculos podrían recogerse 65 metros cúbicos diarios de material tóxico. Luego, cada 45 días, unos barcos apropiados limpiarían la plataforma que extrae del agua la suciedad y que succiona y genera su propia energía con el sol y las olas. El joven Slat ha recibido el premio Campeones de la Tierra que otorga el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Hace pocos días presentó el proyecto en New York donde tiene muchos patrocinadores que avalan el plan.  

El mérito de este joven holandés por salvar el medio ambiente se estima que puede estar terminado en 5 años y sin embargo, antes de nacer este proyecto, se estimaba que la limpieza de los océanos llegaría 79.000 años después. Estas cifras no terminan de cuadrar mucho la teoría ya que el proyecto presenta inconvenientes. Lo más importante es que la elaboración de proyectos para salvar el medio ambiente es algo urgente y necesario. La salud nuestra también está en peligro.


Cuack!



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