En la “era de los recortes”, que comenzó con
el gobierno del PSOE en 2010 y que continuo de forma desproporcionada e injusta
el PP a principios de su mandato y hasta la actualidad, nacieron varios
movimientos reivindicativos y apartados de la parte violenta. Aunque algunos todavía
sigan pensando que protestar es sinónimo de violencia, gran equivocación por su
parte, estos grupos, que unidos tienen forma de marea, han conseguido muchos
logros desde que nacieron y aseguran que todavía tienen muchos más que
conseguir.
Uno de los movimientos con más fuerza es el
relacionado con la educación. La Marea Verde, que así se denomina, lucha por
conseguir derechos y obligaciones dignas para el colectivo educativo y la
educación pública en general. Ya sean alumnos, profesores y padres, este grupo
de personas buscan soluciones a la reforma educativa que el ministro Wert
impone por decreto y sin posibilidad de dialogo. Muchas personas de este
colectivo, más 500 expedientes abiertos solo en la Comunidad de Madrid, están “fichados”
judicialmente por protestas a esta reforma. Sin embargo, el Tribunal
Contencioso-Administrativo ha dado la razón a la primera profesora madrileña
sancionada por llevar la camiseta verde en una prueba de 6º de Primaria. Parece
que la forma de vestir en Madrid si importa. La sentencia da vitalidad a esta
Marea y contiene un valor simbólico y positivo sobre el uso de la camiseta
verde. No es lógico ni normal que en la Comunidad de Madrid haya constancia de
más de 500 casos abiertos contra profesores, alumnos y equipos directivos por
manifestar su oposición a la política educativa regional, ya sea por ser
activos, manifestar su rechazo en los medios de comunicación o simplemente por
llevar la camiseta verde.
La Marea Verde se apunta un tanto e impulsa
las ganas por seguir defendiendo la educación pública. Porque protestar y
luchar por las injusticias debe seguir siendo un derecho que todo ciudadano
pueda ejercer. Sigue haciendo falta mucha dignidad por parte de los que están
en el poder. Ahora parece que solo importa las elecciones europeas y todo lo demás
queda en un segundo plano cuando aún hay muchos problemas que arreglar aunque siempre
nos quedará la fuerza de las mareas.
Cuack!
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