sábado, 24 de mayo de 2014

El valor de una disculpa

Nos acercamos a una nueva era. La infantilización de la política está tomando una secuencia extraña y de la que hasta hace pocos meses no se tenía conocimiento y uso habitual de ella. Lo hago mal o comento algo fuera de lugar, pido disculpa y luego aquí no ha pasado nada. Pasar página y obviar lo evidente. Esa es la atrevida y temerosa actitud que están tomando algunos políticos, personalidades importantes o entes de nuestra sociedad para justificar cualquier acto injusto o  fuera de lugar.

Todo comenzó cuando el 1 de agosto el presidente del Gobierno compareció en el Congreso de los Diputados para hablar sobre el caso Bárcenas tras todo lo que se estaba descubriendo de él y de su relación con el ex tesorero. Tras comentar su relación con él le basto decir “me equivoque” para justificarlo todo. A partir de entonces cualquier ciudadano que se equivoque en su profesión debería decir “me equivoque” para que todo siga igual. Lo triste es que un trabajador se equivoca y al día siguiente esta sin empleo. Antes tuvimos el lio del Rey y su escándalo con los elefantes de Botsawana. El monarca se fue de caza, algo totalmente legal y respetuoso con lo que se podrá estar de acuerdo o no, se fotografió con el animal, vaciló de lo conseguido, pidió disculpa al poco tiempo y aquí no paso nada. Lo malo de ello es que no es el primer acto por el que el Rey tiene que pedir disculpa. En el periodo de la campaña electoral para Europa el candidato popular  justificó su actuación en el debate con la máxima rival con unas declaraciones inoportunas donde se podía ver una actitud machista. Decir que “si haces un abuso de superioridad intelectual parece que eres un machista y estas acorralando a una mujer indefensa” estuvo fuera de lugar, pero le ha bastado con pedir disculpas 5 días después. Y como siempre aquí no pasa nada. La última de todas la podemos ver en el alcalde de Sevilla que ha querido cambiar la historia del descubrimiento de América diciendo que el viaje comenzó en el Guadalquivir. Tras ello, el alcalde de Huelva ha salido en defensa de la historia y con los cuadernos de Colón en mano le recordó a su homologo sevillano que el Descubrimiento comenzó en Palos de Moguer provincia de Huelva. Pero tranquilos, él también se ha disculpado y aquí no ha pasado nada. Intentar cambiar la historia también está en manos de los políticos. 

Esta actitud podría ser usada también por algunos ciudadanos. Si un mes dejamos de pagar la hipoteca bastaría con pedir disculpas pero ¿Qué ocurre? Que en este caso si pasan cosas. También se podría llegar un día tarde a la firma del paro pero ¿Qué ocurre? Que también pasan cosas. En estos casos no basta con pedir disculpa. Toda esta polémica viene incentivada por el seguimiento de control y persecución que se realizará a partir de ahora en las redes sociales. No justifico lo que paso con el caso de León, ni mucho menos,  y las redes sociales no deben ser usadas para alentar a la violencia pero si tomamos como ejemplo lo que ocurre con los políticos a partir de ahora cualquier usuario de redes sociales podrá decir lo que quiera mientras el siguiente comentario que haga sea pidiendo disculpa por lo dicho. Con esa secuencia ilógica que se están tomando volveremos a la idiosincrasia de nuestra sociedad. Digo barbaridades, pido disculpas y aquí no pasa nada. El significado de la responsabilidad va perdiendo valor.


Cuack!




No hay comentarios:

Publicar un comentario