Adaptarse a los tiempos modernos con algo que
ocurrió en el pasado parece atrevido pero dependiendo del tipo de acto al que
se dar tributo puede ser positivo o negativo. La ciudad de New York se prepara
para ver nacer un museo en memoria del peor atentado de la historia, el 11-S.
Aquel día no se olvidará jamás. Algunos lo vivieron de cerca, muy de cerca, y
otros lo vivimos desde la distancia con la incertidumbre de descubrir el motivo
de la muerte de 2.973 inocentes.
A escasos cuatro meses para cumplir 13 años
del evento, esta ciudad da un paso de gigante para intentar tapar, si es
posible, el gran vacío que quedo ese día. La Zona Cero será testigo del
nacimiento del Museo de la Memoria del 11-S. Con esto se pretende realizar una
reflexión y concebir la adaptación a los acontecimientos actuales. De forma que
los que nazcan hoy sepan que ocurrió ese día, las personas que murieron, las
que salieron en su auxilio y poder si cabe explicarles las consecuencias tan
trágicas de ese acontecimiento. Este museo está situado entre las dos cascadas
artificiales en el espacio que ocupaban las Torres Gemelas. Es una estructura
de aluminio y cristal obra del noruego Snoetta. Esta a unos 20 metros bajo
tierra, la plaza hace de techo y el granito que sostiene los edificios de Manhattan
actúa de suelo. El museo tiene una dimensión de unos mil metro cuadrados y al
comenzar la visita se podrán encontrar restos de gran impacto como una ambulancia,
el camión del servicio de bomberos o las alas que llevaba en la solapa de su
chaqueta una de las azafatas. Solo hay un sitio que no se puede visitar y es
donde yacen los restos sin identificar de las víctimas.
Tanto el responsable del Museo Memorial, Joe
Daniels, como la Directora del centro, Alice Greenwald, coinciden en que este
nuevo proyecto supone una reflexión y con él se puede inspirar y cambiar la
manera en la que la gente ve el mundo. Lo cierto es que tras 10 años de trabajo
y discusiones todavía sigue predominando el debate sobre si el museo va a ser
más un monumento a los fallecidos o una atracción turística. De lo que no cabe
duda es que para hablar sobre esto de una manera más fundamentada y tras ver de
cerca lo que ocurrió allí habrá que ir a visitarlo. Entre tanto solo podemos
desear que para los familiares de las victimas no suponga más dolor y que para
los turistas que se den cita allí comprendan lo que realmente sucedió aquel fatídico
11-S.
Cuack!
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