miércoles, 28 de mayo de 2014

Las malas lenguas no son las únicas en decirlo

La resaca electoral ha dejado muchas interpretaciones a lo sucedido el pasado 25-M y ahora comienzan a salir declaraciones sin fundamento para todos los partidos. Desde el castigo al bipartidismo hasta la aparición de un nuevo partido que ilusiona como es “Podemos” o desde las supuestas formas de financiación de unos y otros hasta las escasas propuestas de quienes critican. La realidad es que hay muchos ciudadanos descontentos con lo que hay y que proponen un cambio. Para saber algo más de todo lo que está relacionado con los eurodiputados, la Universidad de Málaga, y en concreto sus estudiantes de tercero de la doble titulación de Derecho y Administración y Dirección de Empresas, han realizado un estudio sobre la distancia que existe entre el europarlamentario y el ciudadano.

Estos estudiantes se han asomado al Parlamento europeo para descubrir, en primer lugar, que los eurodiputados tienen un sueldo bruto mensual de 8.000 euros al que hay que sumar 304 euros por cada día de sesión en el Parlamento, más coche oficial y que, incluso, fijaban sus residencias en Canarias para que las asignaciones por desplazamientos fueran mayores. El segundo aspecto es corroborar la distancia que hay entre ellos y la realidad ciudadana. El trabajo consistía en elegir a un eurodiputado español y rastrear su perfil profesional. Tras ello se concluyo en determinar que existen dos grupos concretos: los políticos veteranos que una vez agotado su mandato nacional buscan el ocaso dorado y, por otro, jóvenes que buscan en Europa una plataforma para llegar a la escena nacional. También han comprobado que los eurodiputados españoles no tienen actividad en las redes sociales mientras que sus homólogos de otros países muestran una actividad muy intensa, además no rinden cuentas de su representación a la ciudadanía ya que miran los intereses de sus partidos, gobiernos e instituciones. Llama la atención la magnitud de la institución para unas competencias que se limitan a aprobar la legislación, controlar la Comisión y aprobar el presupuesto comunitario. La euro cámara está formada por 766 parlamentarios y en 2014 el presupuesto es de 1.756 millones de euros de los que el 35% lo consume el salario del personal.

Estos son algunos datos del trabajo realizado por estos estudiantes que no se alejan nada de la realidad y que muestra la competencia de unos empleados públicos de Europa y con la difícil tarea de proteger a los ciudadanos con medidas de igualdad, crecimiento, estabilidad laboral y medidas sociales correctas. En ocasiones, cada vez más, se olvidan de su labor para disfrutar de su retribución.


Cuack!




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