Un juego simple, sencillo, inocente y
decisivo. Así es y así ha sido siempre el famoso juego de manos “piedra, papel
o tijeras”. Un juego donde la probabilidad de ganar es una sobre tres. La
piedra parte la tijeras, el papel envuelve a la piedra y la tijera corta al
papel, parece que ninguno de los tres es superior a los otros dos en su
conjunto. Algo parecido ocurre en nuestra sociedad con los políticos,
empresarios y trabajadores aunque en este caso el trabajador se siente sometido
a los otros dos sin poder decisivo pero con mucha lucha que ofrecer.
Volviendo al inocente juego, investigadores
de la Universidad de Comell en Ithaca, Nueva York, nos revelan que la gente no
juega al azar sino que sigue patrones ocultos que se pueden llegar a predecir
para ganar. Hasta este simple juego ha sido sometido a estudio. Según estos científicos
los ganadores tienden a seguir con su opción ganadora, mientras que los que han
perdido cambian a la siguiente opción en la secuencia que da nombre al juego,
es decir “Piedra-papel-tijera”. De esta forma, anticipándose a los movimientos,
se tendría una ventaja ganadora. Este estudio se llevo a cabo en el torneo de “Piedra-papel-tijera”
que se celebró en la Universidad de Zhejiang en China. En este torne los científicos
reclutaron a 360 estudiantes que dividieron en grupos de seis. Para jugar de
forma acertada la teoría de juegos clásica indica que los jugadores deben
asignar sus opciones al azar para resultar impredecibles y evitar que sus
contrincantes se anticipen. A este patrón, donde ambos jugadores eligen piedra,
papel o tijera con la misma probabilidad, se conoce como el “equilibrio de Nash”,
aquel físico-matemático que Russel Crowe interpretó en la película “Una mente
maravillosa”. Sin embargo, los científicos observaron otro patrón de juego.
Cuando los jugadores ganaban una ronda tendían a repetir su jugada ganadora,
casi siempre papel o tijera, y por otro lado los perdedores tendían a cambiar a
una opción diferente siguiendo el orden de la secuencia del juego.
Este tipo de estudio donde a través de la
observación se sacan diferentes patrones podría ser aplicable también a los
diferentes protagonistas de la crisis. Políticos, empresarios y trabajadores
¿os imagináis que sacasen un patrón de comportamiento para cada uno de ellos? A
fin de cuentas, en la sociedad, cada uno de ellos se pisa con el otro saliendo
como claro perdedor el trabajador. Este es al único al que le reduce el sueldo
mientras que el empresario se beneficia abaratando su despido y el político
presume de estadísticas para decir que las diferentes medidas para el empleo
hace que estemos creciendo. O también, la persecución desmedida del fraude
laboral a menor escala mientras sabemos que la corrupción política y
empresarial es otra parte importante de culpa de la situación que vivimos. Sinceramente,
espero que algún día se acierte con el patrón victorioso del trabajador.
Cuack!
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