Algunos lo conocéis y otros quizás no. Si os
digo el nombre de Pedro Nimo ¿A que os suena? Seguramente que algún que otro despistado
no sabrá ubicar este nombre en ningún estamento, asociación, evento o
personalidad pública pero por lo que hizo en la última carrera de la Behobia
celebrada en el norte de nuestro país seguro que sí.
Pedro Nimo, uno de los participantes de la
49º carrera Behobia – San Sebastian, se alzó con la victoria. A partir de ahí
todo normal, nada que sobresalga de lo común. Un simple corredor gana una
carrera, pero lo mejor de todo es el gesto que tuvo nada más llegar a la meta. En
esa misma carrera iba Arantza Ezquerro, ingeniera de 30 años y aficionada al esquí.
A falta de de dos kilómetros para llegar a la meta esta joven vecina de Zizur
Mayor sufrió una parada cardiorespiratoria que acabo con su vida. A pesar de
los esfuerzos de reanimación por parte de los enfermeros y un médico intensivista
que iba en la carrera no se puedo hacer nada. La joven había ido acompañada por
su novio y por una amiga, aunque durante la carrera cada uno llevaba su ritmo.
Lograron llegar a la meta y allí decidieron esperar a Arantza pero viendo que
tardaba mucho se pusieron en contacto con la organización y esta le comunicó el
fatal desenlace. Pedro, que se entero pocos minutos después de todo lo
ocurrido, tuvo un gesto que le honrara de por vida y donó la medalla al novio
de la fallecida. El corredor estuvo por la mañana en la presentación del
Campeonato de España de maratón en San Sebastián y por la tarde se acercó a
Zizur Mayor para asistir al funeral de la fallecida. Es simplemente una medalla
pero el valor simbólico que alcanza tal gesto engrandece más la figura del
deportista.
Estamos cansados de ver como grandísimos deportistas
de elites colaboran con diferentes ONG y en diferentes campañas de captación de
un concepto que aflora más en esto tiempos, solidaridad. Lo realizado por Pedro
tiene un carácter solidario, honorifico y de reconocimiento. Pocas personas se
preparan una carrera, la ganan y luego donan su premio. El deporte nos da una
lección más.
Cuack!
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