martes, 12 de febrero de 2013

Presuntamente



GÉNERO: Presunta sociedad.


Queridos lectores.


Hoy vamos a hablar de la palabra de moda en nuestra sociedad. La famosa palabra que todo político, abogado, juez, presentador de televisión, locutor de radio e incluso el mismo ciudadano hace referencia en sus diálogos es “presuntamente”. Todo está relacionado alrededor de esa maravillosa palabra. Pero ¿Qué es algo presunto? Pues algo que todavía no está probado, algo de lo que se sospecha a partir de indicios aunque no esté demostrado. De otra forma, también se puede utilizar para no mojarse ante cualquier tema, no afirmar algo que es claro. Veo bien que esta palabra se utilice en el argot judicial pero no con cosas evidentes. Como los presuntos casos de corrupción, la presunta culpabilidad de los acusados, los presuntos parados (como dijo el otro día el presidente de la patronal) o el presunto dinero que está en Suiza. Muchas cosas presuntas hay en esta sociedad y a pocas cosas reales se les quiere llamar.


En esta presunta vida que vivimos nos toca ser presuntos inocentes de todo. Para todo, lo presuntamente bueno y presuntamente malo, utilizamos la palabra presunta que si está bien utilizada te puede valer para librarte de presuntas condenas. Esta presunta sociedad vive en un presunto mundo de presuntas libertades sesgadas por una censura que recuerda otros tiempos. Habiendo presuntos parados ¿Por qué no salen presuntos trabajos y así equilibramos la presunta cifra? Y una sociedad con la presunta mejor generación formada ¿Por qué viajan fuera para buscar sus presuntas oportunidades?


Por un momento vamos a dejar de hablar de lo que es presunto y presentémoslo como real porque el número de parados en este país no es presunto, es real. La disminución del poder adquisitivo del ciudadano no es presunta sino que también es real. Las declaraciones de los mandatarios europeos sobre la gestión y el daño a la marca España, que se están sucediendo por los casos de corrupción en la actualidad, no son presuntas sino reales. Las desacertadas e incongruentes afirmaciones de las agencias de calificación, como S&P, que nos hacen creer lo que no es, no son presuntas sino reales y además terminan dañando aún más de lo que piensan. La debilidad de la clase política en general no es presunta sino real. La subida de las tasas universitarias no es presunta sino real. El pesimismo general no es presunto. Dejar de habitar mi casa y que se lleven a cabo los desahucios no son presuntos sino reales. El montante de dinero defraudado no es presunto es real. Contradiciendo a todo esto se encuentran palabras donde no cabe el significado presunto por delante de ellas, son muchas pero quiero hacer especial referencia a una, la solidaridad.  Esta solidaridad del pueblo español está sirviendo para que familias sin recursos salgan adelante. La ayuda de familiares en periodos complejos sirve para conseguir el optimismo que la sociedad necesita. 


Menos mal que ustedes, mis seguidores y lectores, no sois presuntos sino reales. 


Saludos.


Cuack!

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