GÉNERO: Presunta sociedad.
Queridos lectores.
Hoy vamos a hablar de la palabra de
moda en nuestra sociedad. La famosa palabra que todo político, abogado, juez,
presentador de televisión, locutor de radio e incluso el mismo ciudadano hace referencia
en sus diálogos es “presuntamente”. Todo está relacionado alrededor de esa
maravillosa palabra. Pero ¿Qué es algo presunto? Pues algo que todavía no está
probado, algo de lo que se sospecha a partir de indicios aunque no esté
demostrado. De otra forma, también se puede utilizar para no mojarse ante
cualquier tema, no afirmar algo que es claro. Veo bien que esta palabra se
utilice en el argot judicial pero no con cosas evidentes. Como los presuntos casos
de corrupción, la presunta culpabilidad de los acusados, los presuntos parados
(como dijo el otro día el presidente de la patronal) o el presunto dinero que
está en Suiza. Muchas cosas presuntas hay en esta sociedad y a pocas cosas
reales se les quiere llamar.
En esta presunta vida que vivimos
nos toca ser presuntos inocentes de todo. Para todo, lo presuntamente bueno y
presuntamente malo, utilizamos la palabra presunta que si está bien utilizada
te puede valer para librarte de presuntas condenas. Esta presunta sociedad vive
en un presunto mundo de presuntas libertades sesgadas por una censura que
recuerda otros tiempos. Habiendo presuntos parados ¿Por qué no salen presuntos
trabajos y así equilibramos la presunta cifra? Y una sociedad con la presunta
mejor generación formada ¿Por qué viajan fuera para buscar sus presuntas
oportunidades?
Por un momento vamos a dejar de
hablar de lo que es presunto y presentémoslo como real porque el número de
parados en este país no es presunto, es real. La disminución del poder
adquisitivo del ciudadano no es presunta sino que también es real. Las
declaraciones de los mandatarios europeos sobre la gestión y el daño a la marca
España, que se están sucediendo por los casos de corrupción en la actualidad,
no son presuntas sino reales. Las desacertadas e incongruentes afirmaciones de
las agencias de calificación, como S&P, que nos hacen creer lo que no es,
no son presuntas sino reales y además terminan dañando aún más de lo que
piensan. La debilidad de la clase política en general no es presunta sino real.
La subida de las tasas universitarias no es presunta sino real. El pesimismo
general no es presunto. Dejar de habitar mi casa y que se lleven a cabo los
desahucios no son presuntos sino reales. El montante de dinero defraudado no es
presunto es real. Contradiciendo a todo esto se encuentran palabras donde no
cabe el significado presunto por delante de ellas, son muchas pero quiero hacer
especial referencia a una, la solidaridad. Esta solidaridad del pueblo español está
sirviendo para que familias sin recursos salgan adelante. La ayuda de familiares
en periodos complejos sirve para conseguir el optimismo que la sociedad
necesita.
Menos mal que ustedes, mis
seguidores y lectores, no sois presuntos sino reales.
Saludos.
Cuack!
No hay comentarios:
Publicar un comentario