GÉNERO:
Solidaridad
Queridos
lectores.
Les voy a contar la historia de Albert Lexie,
aunque creo que le voy a cambiar su nombre y, con mi mayor respeto, el mejor apodo que le puede definir por lo que
hizo es: “Robin de las Botas”. La gran
mayoría conocéis la historia de Robín Hood, que robaba a los ricos para dárselo
a los pobres, pues la entrañable historia de Albert guarda cierta relación con
la épica figura del hábil arquero del bosque de Sherwood.
Corría el año 1981 y, con la mayor ignorancia
jamás conocida, Albert no se dio cuenta
de que comenzaba a forjarse la historia de un filántropo, emprendedor y héroe para
los niños del Hospital Infantil de Pittsburgh. Este singular limpiabotas de
hospital del estado de Pensilvania tuvo la grandísima idea de guardar las
propinas que le daban sus clientes para luego, pasado estos 32 años, donársela a
los niños de su Hospital Infantil. La cifra donada es de 200.000 dólares, cifra
que está sirviendo para pagar los tratamientos de aquellos niños cuyos padres
no poseen dinero suficiente para poder costeárselos.” Robín de las Botas”, a
diferencia de Robín de los Bosques, cobraba por servicio de limpieza de zapatos
cinco dólares pero sus clientes del hospital siempre le daban más, con esa diferencia
tuvo la maravillosa idea de emplearlo en algo útil, necesario y que le marcará
para toda su vida. La adoración por los niños es lo que le empujo a desarrollar
este pequeño gran proyecto que sin contar con la necesidad de tratamiento
burocrático, licencias, permisos, plan de viabilidad y demás salió adelante.
Tras ver que todavía hay gente en este mundo
que hace las cosas bien uno se plantea muchas preguntas, como por ejemplo ¿Por
qué no hay más Albert en la vida?, ¿Por qué no toman mayor protagonismo en
nuestras vidas personas como Albert?, ¿Tan difícil es seguir su ejemplo? O ¿Son
más necesarios en nuestras vidas los limpiabotas que los políticos? Con este
gesto Albert ha llegado al corazón no solo de muchos niños sino de gran parte
de la humanidad conocedor de esta historia. Menos mal que la sociedad española
no puede quejarse de que no existan gestos solidarios en este época que estamos
pasando, pero si es cierto que estos anónimos no son lo suficientemente
reconocidos por la clase alta de la sociedad y por aquellos gobernantes que
buscan las triquiñuelas necesarias para destacar con menos, lo esperanzador de
todo esto es que la verdadera sociedad, aquella que tu y yo estamos intentando
cambiar y crear con valores donde imperen la honestidad, la solidaridad, la
confianza, el respeto y un sinfín mas de valores positivos si reconoce historias
como la de “Robin de las botas”
Saludos
Cuack!
Si os interesa la noticia podéis verla en el
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