Un lugar inhabitado y una sensación extraña. La
puerta que se cierra sola y los armarios con puertas que chirrían al abrir. Una
película. La calle oscura y la sombra de la luz de la farola alargada
proyectada sobre el suelo. Un paseo de noche con un extraño sentimiento
aterrador. Un robo. Una maquina que no responde a tus indicaciones. Un mal
calculo que hace que los resultados de la empresa no sean los esperados. Una mala
caída. Una operación. Una novia que te deja o una relación que no funciona. El futuro.
Un atentado.
Cualquier situación de las descritas
anteriormente provocan aquello que denominados como miedo, pero ¿Cómo describir
exactamente el miedo? Cualquier definición que encontremos jamás será igual a
lo que podemos sentir cuando este aparece por nuestro cuerpo. En concreto, la amígdala,
no la de las garganta sino la del cerebro, es la encargada de generar esta
sensación y para combatir lo que genera, es decir el miedo, se ha creado un fármaco capaz de controlar algo
que a priori parece incontrolable. El gen oprl1 es el encargado de regular el
miedo en humanos y ratones y desde la Universidad de Emory, en Atlanta, los científicos
de la facultad de medicina nos traen la posible solución. Raül Andero y su
equipo de científicos plantean la posibilidad de probar un tipo de fármaco en
las víctimas de atentados o accidentes, justo después de la situación
traumática y antes de que se desarrollen los síntomas plenos del estrés
postraumático. A partir de ahora podremos controlar el miedo mediante
pastillas, con un simple fármaco que controlará el gen que desencadena el
efecto del miedo.
Este antídoto viene, como no, del país de los
superhéroes. Aquel que desarrolla investigaciones para que, a pesar de ser mofa
de muchos, nos solucionen problemas que pueden suponer una mayor sacudida psicológica
de la que pensamos. Los americanos son muy dados a películas apocalípticas con
un héroe como protagonista, un héroe que puede ser fantástico o humano pero que
siempre salva al país e incluso al planeta. Quizás, con este fármaco,
consigamos salvar la salud mental de las personas que sufren atentados o
accidentes inesperados y que encuentran en el miedo a su mayor aliado. Lo ocurrido
el 11S y el 11M han servido como base para el desarrollo de tal producto. Esperemos
que no tengamos que esperar a más sucesos como aquellos para desarrollar cualquier
bien a la humanidad. Nuevamente la investigación y desarrollo nos enseña el
camino de la superación a cualquier situación.
Cuack!
Fuente: EL PAIS
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