jueves, 6 de junio de 2013

Terapia de supervivencia



Llega una metodología nueva en la ciencia para combatir una grave enfermedad. Se sabe que esa enfermedad mata, es una de las que nunca se quiere nombrar y es, sin duda, aquella que más respeto causa en las personas. Muchos son los avances que se realizan sobre este mal, desde el estudio de su nacimiento hasta la fase final, pasando por el benigno desarrollo que causa. Tenemos la suerte de que cada poco tiempo se descubren nuevos avances relacionados con esta enfermedad. Hace poco descubrimos un caso donde una mujer había tenido un niño tras la extirpación de sus ovarios, luego conocimos otro caso en el que dos mujeres también tuvieron un bebe tras la cura de sus tumores… y así varios avances que nos hacen pensar que la cura y la mayor erradicación posible de este mal llegará pronto.


Por otro lado, con la palabra, tenemos un tipo de método basado en la terapia psiquiátrica que nos trae el Doctor Hugo Sigman. Este argentino comenzó hace 18 años, con una dosis de inconsciencia, un proyecto para investigar una vacuna terapéutica contra el cáncer. Tuvo que probar varios caminos  ya que no contaba con la experiencia ni con los recursos necesarios para afrontar ese proyecto, e incluso tuvo que recurrir a la cooperación del sector público, algo que en esa época era difícil en Argentina. Pero lo que Hugo nos trae es ofrecer al enfermo la oportunidad  de una sobrevida más larga mediante la terapia. El resultado triplica la cantidad de pacientes que sobreviven dos años después de iniciada su aplicación. Es el primer tratamiento nuevo para esta indicación que tienen disponible los oncólogos en los últimos 10 años.


Una buena noticia que vuelve a venir de la mano de la ciencia, esta vez procedente de Argentina. El Doctor Hugo Sigman nos trae este tipo de terapia que ayuda a una supervivencia más larga de esta enfermedad. Siempre se dice que la terapia es para los locos, pues benditos locos que gracias a ella pueden ver el beneficio que tanto tiempo esperan.


Cuack!



 Fuente: EL PAIS


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