Hoy es especial. Un día te
despiertas y te das cuentas que quieres ser otra persona sin cambiar tu forma
de ser. Se antoja complicado pero el tesón y la fuerza de voluntad que pones en
ese cambio tienen su fruto a medida que el tiempo corre. Tras un periodo de
preparación, sufrimiento y constancia el resultado se ve, y tanto que se ve.
Una historia cercana, distinta y con las premisas básicas de la superación y el
esfuerzo es lo que intentaré narrar en el día de hoy.
La fuente de la que hoy extraigo
la información es personal, vivida desde la distancia pero siguiendo día a día
su evolución. Su hazaña no está escrita en los periódicos ni ha salido en
televisión pero lo que esta joven tebeña ha hecho es digno de admiración. Una
compleja operación para cambiar físicamente su estado pero sobretodo la
evolución y, aunque sea repetitivo, el esfuerzo que desarrolló, es para
enmarcar en aquellas historias que deberíamos enseñar a los jóvenes como
ejemplo de superación. Todo comenzó cuando, por recomendación médica, decidió
someterse a una compleja operación de reducción de estómago. Luego vendría un
periodo de preparación en el que el apoyo familiar jugó una baza fundamental.
Tras ello llega el momento clave, el punto de inflexión de esta historia, y éste
se produce cuando se somete a la operación. Un periodo de angustia, de muchas
horas en quirófano y de una familia que colapsa la sala de espera se convierte
en lo más característico de aquel transcendental día. Al final de éste llega la
satisfacción de un buen resultado para luego dar paso a lo que comenzaría a
convertirse en básico para que ese buen resultado tuviera su fruto, el
post-operatorio. Llevado con normalidad y con una voluntad bestial Maria José
comienza a notar como aquello por lo que se sometió a esta operación se va
convirtiendo en realidad. Su peso es diferente, su figura es otra y una alegría
distinta a la anterior Maria José ilumina su cara a la vez que alumbra las
calles de Teba con una feliz mirada fruto del resultado obtenido.
Lo vivido el otro día con ella y
su familia, aquella que tanto le adora, no tiene nombre. Sentimientos y lágrimas
que demuestran que el apoyo de la familia es una de las cosas más importantes
que existen en la vida y que no alcanzamos a considerarla en su plenitud hasta
el momento en el que se hace presente. Muchos nos alegramos al verte pero a la
vez no dejamos de sorprendernos por lo que te sucedió. Un giro de 180 grados,
una vida “nueva” y un cambio que tú y solo tú has conseguido con tu esfuerzo
premian esta maravillosa historia. Pocas cosas más podemos decirte, el cariño
que tu familia te tiene quedó demostrado el otro día donde sin darnos cuentas
regamos de lágrimas las marchitas flores que volvieron a nacer cuando apareciste
por la puerta. Una gran historia, un gran resultado y una persona sana.
Felicidades por tu esfuerzo.
Cuack!
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