jueves, 26 de septiembre de 2013

Un banco para el aprendizaje



Que necesario es estudiar y que complicado lo hacen. Una de las cosas más incomprensibles de la sociedad es ver como aquello que es necesario y casi vital resulta ser aquello que más obstáculos tiene. Pasa con la sanidad y con la educación. Nos quieren hacer ver que la educación es de extrema necesidad, afirmación que es cierto, pero sin embargo para poder acceder a unos estudios o al material educativo las trabas cada vez son mayores. Todo esto puede cambiar y, cómo no, depende de nuestros políticos.


Elena Alfaro, quédense con ese nombre porque quizás estemos ante una persona que con su iniciativa puede cambiar la complejidad de los libros de texto en el sistema educativo. Esta madre madrileña ha conseguido recoger cerca de 300.000 firmas y con ello ha creado una iniciativa legislativa popular para que el gasto de los libros de textos no repercuta en las familias. Lo que Elena propone es crear una nueva legislación para que los libro pertenezcan a los colegios, ya sean públicos y privados, y que con ello se establezca un banco de libro que se preste a todas las familias. La gran mayoría de firmantes son padres que, como ella, están cansados de ver como muchos padres no pueden hacer frente al pago de los libros de sus hijos. Esta aventura comenzó hace un año y solo pudo recoger 90.000 firmas, que fueron entregadas al Ministerio pero que tuvo poco efecto. Esta propuesta aporta fundamento a la idea ecológica, supone un ahorro para los padres y para el Estado a largo plazo, tiene el beneplácito de las editoriales, conlleva un gesto solidario y sobre todo es una propuesta de sentido común. En el ámbito político, UPyD  fue la primera en apoyar esta propuesta no de ley y luego se unió el PSOE. El pasado martes, Elena consiguió el apoyo del resto de partidos políticos y su  propuesta se aprobó. Además de tener el apoyo de 300.000 personas, cuenta con el  apoyo social que persigue.


Nuevamente las mejores ideas vienen fuera de la cámara baja. Por propuestas como estas y otras muchas más, que diversos colectivos ofrecen, se enmarca la participación ciudadana como algo fundamental en una democracia como la nuestra o al menos como la que queremos construir. Esta medida puede parecer austera y aunque tenga ciertos matices no persigue la austeridad que estamos conociendo. Se trata de ahorrar y esta medida lo persigue, pero además de eso crea valores que el ministro de educación desconoce. ¿Qué más hace falta para construir?


Cuack!


 Fuente: LA CADENA SER

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