Mientras estábamos inmersos en otros temas de
poca importancia, como por ejemplo el “relaxing cup of café con leche” o las
tramas de los distintos casos de corrupción, de una forma silenciosa y sin gran
anuncio llega la reforma de las pensiones. Aquello que en el debate televisivo
para las elecciones de2011 nuestro actual gobierno anunció que no iba a tocar y
que sería uno de los puntos donde no se podría modificar nada he de decir que vuelven a hacer honor a su prolongada
sinceridad y don de ejecución. Una de las conclusiones que se pueden sacar del
mandato actual es que todo aquello que dice que no va a sufrir modificación será
lo próximo en variar. Ocurrió con los impuestos como el IVA o el IRPF, ocurrió
con la Sanidad y Educación y ahora, para seguir con la estela de sinceridad,
ocurre con las pensiones.
Un grupo de economistas ha elaborado un
documento que debate la actual reforma de pensiones que un consejo de expertos
propuso en primer orden y que el ejecutivo aprobó hace pocos días. Este grupo
sostiene que las pensiones no han de financiarse solo con las cotizaciones
sociales sino que se puede actuar sobre los ingresos del sistema y por lo tanto
habilitarse partidas presupuestarias para ello. Además critican que los
expertos solo hayan tenido en cuenta factores como la esperanza de vida,
pirámide de población o la proporción de activos y pasivos y que en
consecuencia, por ejemplo, haya elevado a 67 la edad de jubilación. Los
economistas de este grupo detallan que el equilibro financiero depende no solo
del número de pensionistas y empleados y de la magnitud de las pensiones, sino
de otros factores como el empleo, la productividad, nivel de los salarios o la
propia extensión de la economía sumergida.
Cada día leemos en los periódicos y vemos en
la televisión como las pensiones son las que están salvando a miles de
familias. Muchas personas han tenido que volver a casa de sus padres porque no
tienen trabajo y en consecuencia han tenido que tirar de esa pensión para
conseguir que la familia no se hunda. A pesar de ello, ahora se encargan de
reducirle su poder adquisitivo para que puedan, si es posible, estar más
ahogados. Siempre escucho que esto explotará por algún lado, pero sinceramente
no sé ni por donde ni cuando lo hará. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar todo este
tipo de reformas que perjudican a la clase social que más sufre? Como podemos
observar hay soluciones, hay otras salidas distintas a la austeridad para
conseguir salir de esta crisis ¿Por qué no recurrir a ellas? ¿Acaso privatizarlo
todo es la solución?
Cuack!
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