Mientras en España seguimos
asistiendo al vaivén de las continuas reformas políticas, como la de las
pensiones y la famosa ley de transparencia, la semana pasada tuvo lugar una
campaña de concienciación ciudadana para la búsqueda de firmas de una
iniciativa ciudadana europea. Temas como el “relaxing cup of café con leche” o
la independencia de Cataluña han servido al gobierno para despistar al ciudadano
y, de una forma silenciosa, implantar un sistema de reforma de pensiones cuyo
alcance a largo y a corto plazo será más perjudicial que beneficioso. A corto
plazo el pensionista pierde poder adquisitivo, cabe recordar que en la
actualidad muchos pensionistas son los que mantienen a las familias, y a largo
plazo solo será efectivo si la población española disminuye. Entre los que han
tenido que partir a otros países para buscarse la vida y las reformas
sanitarias que impiden acceder a una sanidad de buenas condiciones parece que
esa disminución de población es factible.
A pesar de ello, y como he
señalado anteriormente, esta semana pasada asistimos a la presentación
presencial en España de la iniciativa ciudadana europea (ICE a partir de ahora)
por una renta básica. El propósito de la campaña es poder recoger un millón de
firmas. Nació el 14 de enero de este año y, cuando el ejecutivo comunitario la
admitió a trámite tras haberla rechazado unos meses antes, tiene como fecha
tope para recoger las firmas necesarias hasta el próximo 14 de enero, por lo
que esta semana hemos asistido a una campaña para concienciar a la ciudadanía
de la importancia que persigue este ICE.
Es sabido que las ICE son un mecanismo que la ciudadanía conoce poco.
Actualmente no tiene financiación sino que solo cuenta con voluntariado aunque
no descarta lanzar un proyecto de micromecenazgo. El objetivo de la ICE por una
renta básica es acabar con las desigualdades y garantizar una vida digna para
todo el mundo a través de una renta básica universal, individual, incondicional
y suficiente. Parece complicado pero con la ayuda de todos se puede conseguir.
Todos sus promotores coinciden en que para ponerla en marcha solo hace falta
voluntad política, algo que en la actualidad es difícil de conseguir. Una renta
básica no solo supone tener unos ingresos sino que además implica llevar a cabo
una reforma en profundidad del tal dañado estado de bienestar y del modelo
impositivo. Se quiere cambiar el sistema de raíz para así poder eliminar la exclusión
social, la pobreza y la precariedad. La base de una ICE es invitar a la
Comisión Europea a que proponga un texto legislativo en alguno de sus ámbitos
de competencia y en este caso lo que se solicita es estudiar si es factible
implantarla a nivel europeo. Si queréis más información sobre esta iniciativa e
incluso si os gusta lo que propone y queréis firmarla podéis pinchar AQUÍ
Uno de los aspectos más
acentuados de la crisis es el aumento de las desigualdades por lo que hay que
combatir y promulgar el freno de esta avalancha de reformas que no hacen más
que aumentar más las desigualdades entre los ciudadanos. Hace poco salió un estudio de que en España
la pobreza aumentará y se estima que uno de cada tres españoles será pobre para
2025. Alguno que otro pensará que esa estimación hubiese sido bien distinta si
Madrid 2020 hubiera sido la elegida.
Cuack!
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