Se acabó el verano y con él las famosas
rebajas veraniegas que a todos gustan por su precios, colorido y prendas que se
venden. Ahora llegan las de otoño, que tienen menos transcendencia que las
veraniegas pero que marca el inicio de un curso político lleno, otra vez, de
recortes. Comenzamos con la reforma de las pensiones que prácticamente no
aumentarán, luego, aunque ya sabíamos con anterioridad su aplicación, llegó el
curso escolar y la tan discutida e injusta reforma educativa. A principios de
octubre comenzará de aplicación nacional del copago en Sanidad y así un sinfín de
medidas que nada favorecen a crear una democracia equitativa. Además de todo
esto llegan a nuestros oídos la idea de rebajar el salario mínimo
interprofesional (SMI en adelante). Hace tiempo que están intentando aplicarlo
pero hasta ahora no había sonado con tanta fuerza. La patronal, grandes
valedores de esa iniciativa, y el Gobierno de España se están planteando
seriamente la reducción del salario para fomentar y crear empleo, sobre todo
para los jóvenes.
No salgo del asombro. El SMI en España es de
645,3 € al mes en 14 pagas (12 mensuales más 2 extraordinarias que pueden ir
prorrateadas o aparte), es decir un 24% inferior a la media de los países de la
zona euro. Eso es en la teoría pero en la práctica ese salario no es el sueldo
real de un trabajador en España ya que los contratos a tiempo parcial, las
empleadas del hogar, los trabajadores de la economía sumergida, los becarios o
los denominados “emprendedores” suelen cobrar una cantidad menor a la del
salario mínimo. Es cierto que tenemos unas cotizaciones a la seguridad social
muy elevadas para los servicios como españoles que luego recibimos, pero
reducir esa cotización produciría una quiebra en el sistema de pensiones. No podemos
tener servicios europeos con sueldos africanos. El motivo de la rebaja del
salario dicen que es para crear empleo ¿Pero acaso los salarios no se están ya
reduciendo lo suficiente a la vez que el paro sigue en aumento? La solución no
está en atacar al SMI, no está en reducir poder adquisitivo a quien menos
tiene. Una disminución de poder adquisitivo supone reducir el consumo y con ello la demanda no se expande, y al no expandirse esta el empleo no crece. Lo que habría que mirar es porque en épocas de crisis los directivos de las
empresas que conforman el IBEX 35 han aumentado sus sueldos un 7,6%.
Ahora, y como va siendo costumbre por parte
del gobierno, vuelven a criticar a Andalucía por no aplicar el copago en la
Sanidad (el País Vasco también se opone). Dicen que las leyes están para
cumplirlas, pues bien, queridos gobernantes, de ayer y hoy, por si alguno no se
acuerda en 1980, España firmó la llamada Carta Social Europea. Esto no era más
que un tratado que, entre otras cosas, comprometía al Gobierno a elevar
paulatinamente el salario mínimo hasta que llegase al 60% del salario medio. Pasaron
30 años y en 2010 el Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa
criticó a España por no cumplir este acuerdo. Si ese tratado se hubiera
respetado ahora cada español tendría un salario mínimo superior a 1.000 euros
mensuales. Esa es la única esperanza, que las leyes se cumplan pero entre tanto
vayan abriendo el frigorífico, cojan cualquier bebida refrescante y disfrútenla,
porque de aquí a que eso se cumpla pasará mucho tiempo. Mientras, la luz
seguirá subiendo.
Cuack!
Fuente: EL PAÍS
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