miércoles, 16 de octubre de 2013

Un sistema extraño pero eficiente, la nevera del futuro



El título de la noticia de hoy les extrañará un poco ¿cierto? Pues bien, en estos días he conocido una original idea que ha desencadenado la incertidumbre en el sistema de desarrollo del producto pero que, por extraño que parezca, es sostenible y, lo más importante, ecológico. ¿Sabían que con el calor que expulsa una nevera tradicional se puede conseguir un sistema de refrigeración ecológico? Quizás les haya sorprendido igual que a mi, pero es totalmente cierto. Les explico.

Su nombre es Oltu y como si del futuro viniera este aparato, creado por Fabio Molinas (Cerdeña 1988), alumno del Instituto Europeo di Design, ha sido considerado ecoeficiente e innovador hasta el punto que ha sido elegido como ganador nacional de la edición 2013 del concurso internacional de diseño James Dyson Award, que organiza la misma fundación. Oltu, que en el dialecto de Cerdeña significa huerta y, como hemos dicho anteriormente, es un sistema de refrigeración que aprovecha el calor que expulsa un nevera para mantener frescos los recipientes colocados encima de ella. A través de unos tanques de agua que el usuario debe llenar con frecuencia  mantiene húmedo los alimentos que en Oltu se depositan.  De esta forma se evita el desperdicio de comida debido a sistema de conservación inadecuado. Este proyecto junto con una lámpara autoajustable que se carga con energía solar llamada eAlamp y Airoad, un sistema de energía sostenible a partir de las ráfagas de aire que los coches generan en las carreteras, representará a España en el prestigioso certamen James Dyson. La necesidad de recrear un pequeño ecosistema, sobre todo para las verduras, que sea capaz de satisfacer las necesidades, ser más pequeña y gastar la mitad que una nevera normal son ventajas de Oltu, aunque la principal ventaja de este producto reside en el uso que de ella se hace.

Esperemos que el 7 de noviembre, Fabio Molinas se haga con el premio y brinde a España con otro galardón más que deja patente que la educación recibida en este país no era tan mala como se quiere hacer ver. Ingenieros, licenciados y gente muy bien formada se marcha de este país en busca de un premio, un premio que no es otro que sentirse valorado por aquello que saben hacer. Un premio que no conoce de dinero pero que moralmente es el mejor premio que se puede dar. Suerte.

Cuack!

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario