No es la lista de Shchindler ni
tampoco la lista de la compra de cualquier ciudadano pero sin duda esta lista
que posee Falciani ha sido la lista que más ha dado que hablar en estos últimos
meses e incluso años. No sabemos quienes están dentro de ella, incluso los que
están dentro creen que no están, pero lo
cierto es que, además del morbo que levanta,
es necesario saber quien tiene su nombre escrito en esa lista. Como si
fuera un manifiesto que lee cualquier alcalde al inicio de las fiestas
populares de su pueblo, está lista recoge aquellos defraudadores y evasores
fiscales que gozan y presumen de patriotismo pero que sin embargo les gusta
llevarse el dinero a un lugar llamado paraíso. Un paraíso distinto al que la
Biblia no muestra en sus textos es lo que ahora está de moda entre los ricos.
Todos han mordido la manzana y han pecado con su país y sobre todo con sus
compatriotas. Muchos de ellos dirán que no, otros, los menos, reconocerán que
tienen dinero fuera, pero lo que hay que dejarles claro a ellos es que no es
tanta la importancia de la cuantía que tienen fuera de nuestro de país como el
hecho de la forma de conseguirlo y el simple acto de llevarse fuera del mismo
lo que en este consiguió. No queremos saber la forma de conseguirlo, seguro que
muchas de ellas de forma ilegal, pero, al menos la ganada legalmente, podéis
tributarla en vuestro país de origen.
Con un apellido propio de las
típicas películas relacionadas con la mafia y con 40 años de edad, este ex
empleado del HSBC tuvo el pasado lunes
una cita importante con la Audiencia Nacional debido al asunto de su
extradición a Suiza. Falciani, conocido desde 2009 por dejar al descubierto
130.000 cuentas bancarias y permitir destapar un gigantesco fraude fiscal en
varios países, ayudó a recuperar más de 300 millones de euros solo en España.
Falciani es informático y tiene la triple nacionalidad francesa, italiana y
monegasca, fue detenido en el puerto de Barcelona el 1 de julio de 2012 cuando
desembarcó de un ferry procedente de la ciudad francesa de Séte. Ahí se le
acabaron los dos años y medios de huída de la justicia helvética. Ahora se le
condena por la parte ilegal del trabajo pero ¿No es grandioso lo que ha
conseguido este hombre? ¿Qué tipo de comunidad europea queremos ser con la
existencia de paraísos fiscales dentro de Europa?
Ahora, al parecer, nuestro
ministro de Hacienda está en posesión de esta lista. Tiene los evasores
fiscales más importantes del país y con cuentas en otros países. Esperemos que
el ministro actúe en consecuencia con ellos pero, sinceramente, mis dudas
tengo. Por un lado, su extesorero ha reconocido dinero en el país helvético y
sin embargo ahí está todavía paseando por las calles de Madrid. Y por otro,
quiero creer en la honestidad de estos políticos que luchan con la corrupción
pero su famosa “amnistía fiscal” me demostró que así no es la forma de ayudar. No
sé si Montoro utilizará esta lista en beneficio del país o en beneficio de quien
más convenga pero si de esta forma podemos atrapar a los patriotas que mandan
su dinero fuera del país actúe ya. Esperemos que a partir de ahora muchos
integrantes de esa lista tengan que aprender a lucir el nudo de las corbatas
con el papel de la sentencia que en breve les caigan.
Cuack!
Fuente EL PAIS
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