En un golpe de suerte o de honradez, en el país de la torre Eiffel, del queso y la Marsellesa ya se han puesto las pilas para llevar a cabo aquello que prometieron hace pocos días. Tras el escándalo de corrupción de su ex ministro de Hacienda, que escondía su dinero en cuentas de Suiza y Singapur, el gobierno de Hollande prometió transparencia política de todos los miembros del gobierno, y así ha sido. Ya hay un país europeo, vecino nuestro, que ha dado ejemplo de transparencia. Esta vez, el pionero, no ha sido Alemania sino Francia, otro grande e histórico del continente europeo quiere acabar con la corrupción de su país. Solo conocemos el caso del ex ministro de Hacienda, seguro que tienen que haber más, pero el buen ejemplo del país galo podría ser tomado por nuestros gabinete de gobierno y, de esa forma, no demorar más lo que hace muchos meses prometieron, transparencia.
No dudo que elaborar una ley de transparencia sea una ardua tarea y mas sin ella se quiere incluir a la Casa Real pero parece que esperan al momento en que la ley sea tan transparente que ni se vea. Comprendo su compleja elaboración pero no está de más que realicen lo mismo que los ministros franceses. El país galo ha decidido publicar el patrimonio de sus 37 ministros tan solo una semana después de la promesa. Solo una semana, lo mismo que iban a tardar en poner las declaraciones de renta nuestros políticos tras estallar el caso del ex tesorero y sus curiosos papeles donde se reflejaba una contabilidad B. Ahora parece que el principal problema de nuestro gabinete son los escraches y dedican gran parte de sus desconocidas y secretas ruedas de prensa a hablar de ello. Comparar el escrache con el nazismo dice mucho de la intelectualidad y cinismo político de estos gobernantes. Quizás me equivoque pero no recuerdo que en el nazismo los judíos fueran a las casas de los nazis a manifestarse con pancartas, más bien era lo contrario.
Volviendo al transparente tema de la transparencia francesa, Hollande debería hablar con Rajoy y explicarle que no es tan complicado, que todos estos actos da credibilidad y confianza a una política cada vez más deteriorada. Cualquier acto donde se muestre honradez el ciudadano lo agradece y permite reforzar una ciencia que está en entredicho actualmente en nuestro país. Anímese, y en un arrebato de buena actitud política salga del plasma e intente dar un golpe en la mesa mostrando, al menos, el patrimonio de nuestros ministros, pero cuidado, no de muy fuerte no vaya a ser que salgan más cosas escondidas.
Cuack!
Fuente EL PAIS
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