En las tardes de invierno o en
las noches de verano siempre hemos visto una imagen. Niños y adultos caminan
hacia uno de los lugares de ocio con mayor reclamo en la antigüedad y que ahora
atraviesa una época de crisis difícil de explicar. Las nuevas tecnologías
permiten avances en este campo pero tanto es el avance que algunos toman esa
opción para disfrutar de este arte sin salir de sus casas. El séptimo arte
atraviesa uno de sus peores momentos por culpa de muchos factores. A Las ya de
por si encarecidas entradas de cine que ahora han sufrido otro incremento por
la subida del IVA hay que añadir el pirateo que se mantiene en internet con las
películas, por lo tanto aquí podemos señalar dos de los principales factores
que hace que uno de los lugares de disfrute de ocio este en sus horas bajas.
Por si alguno anda despistado les hablo del cine.
“Quizás nunca viajes a las Seychelles, pero en
cambio puedes tener un cine”. Con ese eslogan se abre camino una iniciativa
para salvar los cines denominados “de toda la vida”. Tiene su origen en
Mallorca cuando bajo el nombre de “Cine Ciutat” un grupo de ciudadanos
se unieron, crearon un club de voluntarios y una web para ayudar a que uno de
los cines más antiguos de la ciudad no cerrase sus puertas. A partir de ese
momento los ciudadanos pasaron a denominarse “cinecitarios” ya que formarían
parte del cine como pequeños accionistas. Estos “cinecitarios” participan, de
distintas formas, en el mantenimiento económico del cine con aportaciones dinerarias
que oscilan entre los 5 € hasta los 50 €. Dependiendo de la donación obtienes
una categoría que va desde acomodador hasta director. La forma de donar es a
través de la web. Dentro de esta iniciativa existe un apartado para los
clientes por el cual puedes apadrinar una butaca por 180 € al año o bien 50
céntimos al día, sinceramente un chollo. Esta iniciativa cuenta, además de los
ciudadanos, con el apoyo de Filmin, una web que con el apoyo de las compañías
cinematográficas independientes ofrece el mejor cine de calidad.
El autentico cinéfilo, el que
disfruta con las películas por sus argumentos, actores, actrices, sonido,
imagen, efectos, vestuario y un sinfín de elementos que forman la maravilla
cinematográfica acude y acudirá al cine y no dejará que este elemento social,
indispensable en nuestras vidas, muera. ¿Quién no ha llorado en el cine viendo
una película? ¿Quién no ha disfrutado con los más pequeños de su familia en el
cine? ¿Quién no ha dudado sobre que paquete de palomitas comprar? ¿Quién no ha
salido alucinado tras ver grandes argumentos en la gran pantalla? ¿Quién no ha
vivido grandes interpretaciones? ¿Quién
no se ha reído tras ver una comedia? ¿Quién no se ha enamorado en el cine?
Todas esas preguntas y seguro que muchas más son las que debemos hacernos para
que esta gran industria no termine jamás. Para ello, industria y gobierno deben
llegar a un acuerdo para que disfrutar del séptimo arte no suponga invertir la
mitad del sueldo.
Cuack!
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