No es el portal de cualquier
calle de una lejana o cercana ciudad, ni tampoco el nombre con el que se
denominará a los nuevos aviones que se fabriquen en España sino una fecha. Al
gran sonado himno “1 de enero, 2 de febrero, 3 de marzo…7 de julio, San Fermín”
habrá que unir la frase “1 de agosto, ya estoy aquí”. La alegría desorbitada
que esperaba el presidente ante el anuncio de que va a comparecer y que por lo
tanto dará explicaciones sobre todo lo que sucede en la actualidad ha sido
menor de lo que él y su gabinete de comunicación creían. La extrema necesidad
que la ciudadanía sentía por ver a su presidente dar explicaciones antes los
sucesivos ataques que se producían desde Soto del Real parece que ya tiene
fecha y lugar. Por primera vez el Senado va a servir para algo bueno y se podrá
ver a un presidente intentando dar su versión, como el mismo ha dicho. Además
de estas explicaciones que toda la oposición solicitaba, con indiferencia de la
dirección que cada uno lleva, ha añadido que, con nuevos datos macroeconómicos,
hablará de la situación económica y política que atraviesa el país. Esta vez, y
sin que sirva de precedente, los españoles no queremos datos macroeconómicos
para saber la continuidad de un país que marca una dirección bien distinta a
los que su datos ofrecen, lo que esta vez deseamos es que hable. Necesitamos que
de una verdad a todo este escándalo de corrupción que acecha a España y que
como ya hemos podido comprobar por las publicaciones en rotativos extranjeros
daña a la famosa Marca España.
No sabemos muy bien si va a
comparecer porque usted así lo desea o bien porque: se ha visto obligado ante
la convocatoria de una moción de censura, porque el problema de España ya está
pasando fronteras y a una velocidad bestial o porque su gabinete de
comunicación se lo ha aconsejado. Sea como fuera el motivo, lo bueno es que
usted se pondrá en el atril del Senado y hablará. Tampoco sabemos muy bien el
motivo de esa fecha, quizás será para irse con la conciencia tranquila de
vacaciones o bien porque la mayoría de españoles que quieran estar pendientes de sus palabras no
lo podrán estar porque son ellos los que comenzarán a disfrutar de un merecido
descanso. El silencio y permitir que el tiempo deje pasar lo que ocurre parece
que es la estrategia que su gabinete de comunicación le ha marcado pero usted
debería haber estado por encima de esa estrategia y si realmente quiere que
algunos españoles sigan confiando en usted debería haber salido a explicar lo
que ocurre. Otra gran duda que me planteo es saber qué tipo de preguntas
sinceras responderá. Ya sabemos que los políticos tenéis la habilidad de
contestar con palabras muy complejas lo que significa que lo que nos contáis no
es cierto. Una buena estrategia para ganar confianza es contar las cosas de
manera muy clara y concisa, de lo contrario estaremos hablando de unos
argumentos poco sinceros.
Desde mi punto de vista, esta
comparecencia del presidente debería tener como público a los ciudadanos. Nada
de partidos políticos que argumenten datos y hechos mientras en sus filas
tienen a otros tipos que se codean con la corrupción. Un público formado por
personas que están sufriendo la crisis de verdad, con la incertidumbre de saber
si podrán dar de comer a sus hijos, con el cansancio de salir cada mañana a
buscar un trabajo o con la realidad que cada día les muestran los recortes en
sanidad y educación, entre otros. A ellos, es a los que debe dirigirse y explicarles
lo que pasa; si es cierto o no que se han enriquecido con pagos en B y si la
financiación de su partido, con la burbuja inmobiliaria de fondo, es real o no.
Hay un refrán que dice que “el que calla otorga” y aún así no sabemos si esta
actitud de silencio le ha servido para ganar más votantes. Si cree que es así
le indico que las encuestas marcan todo lo contrario. El 1 de agosto se
convierte en buena noticia ya que por fin hablará. Los ciudadanos no queremos oír
“su versión” queremos saber la verdad. Le
esperamos.
Cuack!
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