miércoles, 24 de julio de 2013

EL 1-A



No es el portal de cualquier calle de una lejana o cercana ciudad, ni tampoco el nombre con el que se denominará a los nuevos aviones que se fabriquen en España sino una fecha. Al gran sonado himno “1 de enero, 2 de febrero, 3 de marzo…7 de julio, San Fermín” habrá que unir la frase “1 de agosto, ya estoy aquí”. La alegría desorbitada que esperaba el presidente ante el anuncio de que va a comparecer y que por lo tanto dará explicaciones sobre todo lo que sucede en la actualidad ha sido menor de lo que él y su gabinete de comunicación creían. La extrema necesidad que la ciudadanía sentía por ver a su presidente dar explicaciones antes los sucesivos ataques que se producían desde Soto del Real parece que ya tiene fecha y lugar. Por primera vez el Senado va a servir para algo bueno y se podrá ver a un presidente intentando dar su versión, como el mismo ha dicho. Además de estas explicaciones que toda la oposición solicitaba, con indiferencia de la dirección que cada uno lleva, ha añadido que, con nuevos datos macroeconómicos, hablará de la situación económica y política que atraviesa el país. Esta vez, y sin que sirva de precedente, los españoles no queremos datos macroeconómicos para saber la continuidad de un país que marca una dirección bien distinta a los que su datos ofrecen, lo que esta vez deseamos es que hable. Necesitamos que de una verdad a todo este escándalo de corrupción que acecha a España y que como ya hemos podido comprobar por las publicaciones en rotativos extranjeros daña a la famosa Marca España.

No sabemos muy bien si va a comparecer porque usted así lo desea o bien porque: se ha visto obligado ante la convocatoria de una moción de censura, porque el problema de España ya está pasando fronteras y a una velocidad bestial o porque su gabinete de comunicación se lo ha aconsejado. Sea como fuera el motivo, lo bueno es que usted se pondrá en el atril del Senado y hablará. Tampoco sabemos muy bien el motivo de esa fecha, quizás será para irse con la conciencia tranquila de vacaciones o bien porque la mayoría de españoles que  quieran estar pendientes de sus palabras no lo podrán estar porque son ellos los que comenzarán a disfrutar de un merecido descanso. El silencio y permitir que el tiempo deje pasar lo que ocurre parece que es la estrategia que su gabinete de comunicación le ha marcado pero usted debería haber estado por encima de esa estrategia y si realmente quiere que algunos españoles sigan confiando en usted debería haber salido a explicar lo que ocurre. Otra gran duda que me planteo es saber qué tipo de preguntas sinceras responderá. Ya sabemos que los políticos tenéis la habilidad de contestar con palabras muy complejas lo que significa que lo que nos contáis no es cierto. Una buena estrategia para ganar confianza es contar las cosas de manera muy clara y concisa, de lo contrario estaremos hablando de unos argumentos poco sinceros.  

Desde mi punto de vista, esta comparecencia del presidente debería tener como público a los ciudadanos. Nada de partidos políticos que argumenten datos y hechos mientras en sus filas tienen a otros tipos que se codean con la corrupción. Un público formado por personas que están sufriendo la crisis de verdad, con la incertidumbre de saber si podrán dar de comer a sus hijos, con el cansancio de salir cada mañana a buscar un trabajo o con la realidad que cada día les muestran los recortes en sanidad y educación, entre otros. A ellos, es a los que debe dirigirse y explicarles lo que pasa; si es cierto o no que se han enriquecido con pagos en B y si la financiación de su partido, con la burbuja inmobiliaria de fondo, es real o no. Hay un refrán que dice que “el que calla otorga” y aún así no sabemos si esta actitud de silencio le ha servido para ganar más votantes. Si cree que es así le indico que las encuestas marcan todo lo contrario. El 1 de agosto se convierte en buena noticia ya que por fin hablará. Los ciudadanos no queremos oír “su versión” queremos saber la verdad.  Le esperamos.

Cuack!


 

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