Que la natalidad aumente no es
solo cuestión de la fertilidad del hombre y la mujer, también depende, en menor
pero importante medida, que los medios necesarios para el desarrollo del bebe
sean los adecuados. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud, OMS a
partir de ahora, asombra con unas cifras que bien podría haberse evitado si no
existieran tantas desigualdades en el mundo. Este estudio determina que cada
año nacen más de 150 millones de bebes, de los cuales el 10% de esos
nacimientos son prematuros (15 millones) y, lo más sorprendente, 1,1 millones
de bebes mueren ante la falta de medios para poder sobrevivir en su estado
prematuro. Son cifras escalofriantes a
las que hay que ponerle solución.
Una de las soluciones es la que
tienen los países desarrollados. Conocidas como incubadoras, estos aparatos son
los encargados de mantener la temperatura idónea al bebe para que siga su
crecimiento, sin embargo, en países con condiciones desfavorables y ante la
falta de medios económicos las posibilidades de obtener una incubadora se
convierte en algo más complejo por lo que la cifra de bebes fallecidos aumenta.
A pesar de esto, en USA han desarrollado un nuevo método más económico y viable
para estos países en el que el bebe puede seguir desarrollándose sin necesidad
de incubadora. La creadora del proyecto es una joven estudiante americana
llamada Jane Chen, que en 2008 realizó un estudio para poder lidiar esas
cifras. Actualmente, en 2013, su empresa Embrace ha proyectado ese estudio y ha
visto sus frutos en un proyecto o producto denominado Nest que consiste en
pequeños sacos de dormir que actúan con la misma intención que las incubadoras
y que tienen un valor económico menor. Este producto mantiene la temperatura
del bebe y cuesta un 1% en relación a otras soluciones, además no necesita una
fuente permanente de alimentación. Con
los Nest se pueden mantener constante la temperatura de sus cuerpos hasta seis
horas dando la oportunidad de crecer y vivir. El modelo de negocio de Embrace
resulta de la asociación con instituciones locales. Este modelo requiere que
asociaciones o entidades que trabajen en este campo participen del proyecto.
Los “calentadores”, como se están dando a conocer, se distribuyen en
colaboración con ONG u otras instituciones de salud pública, ni se vende ni se
sirve el producto a particulares.
Médicos de la OMS destacan la
valía del producto y la necesidad de un invento así para la dramática brecha de
supervivencia entre los países de ingresos bajos y altos. El intervalo entre
bebes fallecidos en uno y otros países varía hasta en un 90%. Jane Chen dio con
la fórmula para que estos resultados no tuvieran, al menos, esa diferencia y
desarrollo este producto con toda su intención fijada en salvar vidas. Ahora
solo queda la esperanza de que sigan desarrollándose ideas y producto para
poder paliar el hambre o las enfermedades en estos países, siempre y cuando los
países desarrollados colaboren.
Cuack!
Fuente EL DIARIO.ES
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