miércoles, 3 de julio de 2013

Galletas con sabor

¿A quién no le gusta una galleta? Creo que es uno de los alimentos a los que nadie puede decir que no. Con infinidad de sabores y formas este producto se ha convertido en uno de los más comerciales y que más espacio ocupa en las estanterías de los supermercados. Las tenemos rellenas de chocolate, quizás las más populares juntos a las simples, rellenas de mermelada de naranja, cubiertas de chocolate blanco, con trozos de pasa, ricas en fibra y un sinfín de añadidos que las convierten en producto esencial de la despensa de la cocina. Además, también se convierte en uno de los más elaborados en nuestras familias. Por su fácil elaboración y exquisito sabor, las galletas suelen ser alimento típico de cumpleaños y demás reuniones familiares y, porque no, también sociales. Si combinamos este producto y el fin social que persigue una de las cuantiosas fábricas que existen en España obtenemos un producto con un sabor especial.
La sinergia que comentamos hoy es la que se produce en El Rosal. Su historia se remonta a 1920, fecha en la que nació el obrador, y donde sin darse cuenta comenzaron a elaborar galletas que con el paso del tiempo se convertirían en un motor para mejorar la sociedad, sobre todo la más cercana, la de la provincia de Lleida. En 2001 tuvo que cerrar por la jubilación del hijo fundador  pero en 2003 volvió a resurgir tras una idea por parte de la asociación Alba en la que se conseguía recuperar la fórmula del éxito comercial para dar empleo a personas con discapacidad. Son galletas elaboradas a mano y una a uno definiendo así un proceso de excelencia aunque quizás un poco lento. Aún así es suficiente para abastecer a los mercados minoristas de la provincia de Lleida. Lo mejor de todo es la ilusión que siguen manteniendo ya que confían que con esta dinámica de crecimiento tratarán de ofertar más trabajos a personas con diversidad funcional.
Un nuevo caso de emprendimiento social vuelve a ocupar el comentario de hoy. Todos surgidos con el fin de combinar empleo y empleados con alguna discapacidad para así poder conseguir la inserción laboral de los mismos. Galletas con una elaboración exitosa, una mano de obra especial y un sabor social. ¿Cuándo se producirá este tipo de emprendimiento social con carácter público? Mientras esperamos que proyectos públicos sean creados con la misma viabilidad habrá que conformarse con ver a personajes públicos comiendo galletas entre rejas.
Cuack!

Fuente: EL DIARIO.ES

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