lunes, 6 de mayo de 2013

El éxito de los fogones



Si por algo que sobrepasa los límites de lo bueno se puede distinguir España del resto de los países es por su buena gastronomía. No lo digo porque ese arte sea una de mis pasiones, ni tampoco por tener la suerte de estar rodeado de buenos comensales sino porque la prensa y el reconocimiento internacional así lo determinan.  Premios de gran categoría profesional y una infinidad de galardones a nivel internacional consiguen que los españoles nos sintamos orgullosos de nuestros cocineros. Todo esto viene acompañado por una innovación e investigación en aquello que ve su fruto y que nos hacen sentir que la gastronomía española da y dará que hablar durante muchos años.


Son muchos los prestigiosos chefs que han conseguido hacerse un hueco no solo en el panorama español sino también a escala mundial. Además, todos ellos comparten una afición por su profesión y es que consiguen interesarse por otros chefs, produciéndose así una publicidad gratuita del otro. Tanto es el éxito que prácticamente cada cadena de televisión tiene a su propio cocinero. Unos de los primeros que apareció en escena, sino el primero, fue el gran Karlos Arguiñano que creó un nuevo tipo de cocina, la cocina televisada. Elaboraba fáciles recetas de cocina que eran luego copiadas por cualquier tipo de persona, desde la tradicional ama de casa hasta el estudiante que vive fuera de su hogar, y por ello son muchos los agradecimientos que debemos darle a este cocinero. De otra forma, otro modelo televisivo que ha tenido y tendrá bastante éxito es la disciplinada cocina de Alberto Chicote. Gran chef, de pasado deportista, que cada semana conseguía darle la vuelta a la situación de un restaurante. Criticado por muchos y aplaudidos por otros, ha sido capaz de crear un modelo de programa que cada semana consigue engancharnos. A todos sus éxitos culinarios le acompaña ahora un éxito televisivo que esperemos que dure muchas temporadas.


Y en estos últimos días, el remate a esta gran labor viene de la mano del Celler de Can Roca que ha conseguido, nada más y nada menos, que convertirse en el mejor restaurante del mundo. Recoge el testigo de otro restaurante que nos encumbró durante varios años, el Bulli. Ferra Adria, el propietario de este último restaurante, ha sido nuestro chef mas internacional a base de la investigación e innovación de la que hablábamos al principio de este articulo. Con él la cocina española de vanguardia dio un paso más para su reconocimiento internacional. Todos ellos han conseguido enganchar a muchas personas que no conseguían pisar la cocina de su casa y les han llevado a promocionar la curiosidad por este arte.


Gracias a todos ellos, a los que he nombrado y a los que no, pero no quiero terminar esta opinión sin hablar de los anónimos chefs que están en las cocinas de cada hogar de España, que con su cocina tradicional, vanguardista o llamémosle de la forma que quieran se interesan por el arte de la gastronomía. Que los fogones nunca se apaguen.


Cuack!

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